La infiltración de la extrema derecha en el 'comic' preocupa a los autores
ENVIADO ESPECIALEl racismo y el nuevo auge de la extrema derecha ha sido un tema ampliamente tratado, y con preocupación, en el Salón de la Historieta de Angulema, clausurado ayer. La asociación Comilände -una agrupación de autores alemanes jóvenes- distribuía una improvisada revista con el título de Algunos Comics contra los Nazis, mientras Bédésup, una editorial mediana, presentaba Les BD de l'extréme droite, un libro que pone en evidencia la introducción de mensajes fascistas en tebeos aparentemente neutros. El libro denuncia, ante todo, la larga tradición francesa en la inoculación de ideas ultraderechistas en la historieta.
En paralelo con los análisis más profundos del mundo de la historieta, las posibilidades del visitante de explorar el lado frívolo del género han sido infinitas en Angulema. Ma vie de chien, una biografia de Milú, el perro de Tintín, escrita por Ariane Valadie y prologada por Peter Ustinov, es una novedad deliciosa. También es interesante Le feu aux entrailles, de la editorial La Siréne, la edición francesa de la novela corta de Pedro Almodóvar Fuego en las entrañas, que Ediciones La Cúpula editó en 1981 con dibujos de Mariscal y que en esta ocasión está ilustrada por Milo Manara.
La edición de 1993 de Angulema ha servido más bien de final de la campaña del 92, transcurrida entre ecos de crisis primero, recesión luego y estabilidad finalmente. Esta tendencia se refleja en el libro Toute la bande dessinnée 92, coordinado por el especialista Thierry Groensteen y presentado en el salón, en el que se afirma que todo el sector editorial francés se encuentra en una recesión del 3,7%, con una disminución de las tiradas medias de toda clase de libros del 5,3%. En lo que respecta a la historieta, el informe de Groensteen apunta una estabilización del mercado en 1992.
Babelia
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