Las desventuras amorosas de una juez y el fracaso sentimental de Leslie Caron
Hertha Zauner, juez de instrucción de Viena, de 45 años, fue condenada el martes pasado por haber ayudado a un empresario sobre el que pesaba una orden de busca y captura internacional del que se había enamorado (véase EL PAÍS de 7 de julio de 1992). Erwin Trautner fue acusado, en 198 1, de estafar más de 250 millones de dólares (unos 26.000 millones de pesetas) a través de una empresa de climatización que dirigía. Refugiado en España, fue detenido y devuelto a Austria. La juez Zauner fue encargada de la instrucción y a lo largo de los interrogatorios quedó enamorada de él. Aprovechando su libertad condicional en 1983, Trautner se refugió de nuevo en España y la juez emitió una orden de detención contra él. En 1987 fue invitada por el estafador y desde entonces se reunió con él ocho veces sin comunicarlo a nadie. En marzo de 1992, Trautner falleció en un accidente de automóvil en Castelló d Empúries (Gerona), a los 62 años. La justicia austríaca ha sido, sin embargo, clemente con la juez enamorada y la ha condenado por abuso de poder a pagar una multa de 150.000 chelines (alrededor de 1.500.000 pesetas).
Leslie se casó con el productor Michael Laughlin.
Leslie Caron, que acaba de actuar en la película Damage, que será estrenada en Londres en febrero próximo, confiesa que echa de menos la intimidad que brinda una relación íntima con un compañero. "Uno siempre necesita un protector. No tengo un compañero y echo de menos el sentido de compartir. Me resulta difícil estar sola, pero tomé esa decisión deliberadamente", añade.-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.