Mitterrand confía en un vuelco a favor de los socialistas antes de los comicios de marzo
La sanción que los franceses se aprestan a infligir a los socialistas en las legislativas de marzo le parece "injusta" a François Mitterrand. El presidente francés considera "positivo" el balance de su partido, y confía en que sus compatriotas se den cuenta de ello en los dos meses que quedan para los comicios. Los socialistas han arrancado su campaña electoral con esas declaraciones del presidente y una advertencia de su primer secretario, Laurent Fabius. Si el electorado de izquierda no se moviliza, la próxima Asamblea Nacional puede ser "la más de derechas de toda la historia de la república", afirma Fabius.
En una entrevista publicada. ayer por Vendredi, el semanario del Partido Socialista (PS), Mitterrand afirma: "Es un fenómeno extraño: los extranjeros envidian la situación de Francia y, en cambio, muchos franceses nos atacan. Y, sin embargo, nuestro balance es positivo, en particular en el plano social. La suma de nuestras reformas es considerable".
Encuentra Mitterrand "paradójico" el hecho de que los franceses se hagan eco de las acusaciones efectuadas por la derecha contra los socialistas a propósito de su supuesta carencia de espíritu reformista. "Si la sanción electoral no se anunciara tan injusta, esta crítica", dice, "provocaría nuestra sonrisa. Pero la historia se encargará de restablecer la verdad".
El precio de los 'affaires'
Cree el presidente francés que el partido que él fundó en 1971 va a pagar el precio de la multiplicación de los "affaires", los diversos casos de corrupción en que han estado implicados los socialistas: "Yo mismo me he sentido muy dolido por la revelación de algunas debilidades, pero me niego a aceptar la idea de que los socialistas son culpables colectivamente".Invitado estrella del programa televisivo La marcha del siglo, Laurent Fabius acaba de reconocer también el peso en el desprestigio del PS de los escándalos y de lo que él mismo califica de "fracaso" en la lucha contra el paro.
Es consciente Fabius de que los electores no van a tener en cuenta los éxitos socialistas en materia de gestión económica, en particular el control de la inflación, la estabilidad del franco y la modernización de las industrias y las infraestructuras del país.
En la balanza de los franceses pesan como plomo las decepciones causadas por el PS en los terrenos en los que más esperanzas había depertado: la creación de empleo, la mejora de la protección social y la moralización de la vida pública.
En un esfuerzo por movilizar al electorado tradicional de la izquierda, Fabius dibuja la posibilidad de una Asamblea Nacional en la que "el 80% de los diputados sean de derechas". Tal Asamblea, posible a tenor de las últimas encuestas, "barrerá las conquistas sociales obtenidas en los últimos años".
