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El juez y el jurado de estudiantes condenan a un 'camello'

Los siete estudiantes de Getafe que condenaron simbólicamente a un traficante de drogas tenían razón: Javier Terrazas, acusado de vender 0,9 gramos de hachís cerca de la plaza de Chueca, es culpable de ese delito.La sentencia real coincide con el veredicto condenatorio que emitieron tras el juicio los estudiantes, cinco chicos y dos chicos. Éstos se constituyeron el pasado 16 de diciembre como jurado puro para enjuiciar a un presunto traficante de drogas.

El titular del Juzgado de lo Penal 14 de Madrid, José Antonio Alonso Suárez, accedió a celebrar un juicio con jurado estudiantil para pulsar la opinión y el proceder de un grupo de chavales de Getafe (ciudad especialmente castigada por la droga) ante un supuesto traficante. De su sentencia se deduce que corrobora las conclusiones que obtuvieron los miembros del jurado" si bien el veredicto de los estudiantes no ha sido, en la práctica, vinculante. Tras el juicio, el juez les formuló unas preguntas. ¿Es cierto que el acusado vendió 0,9 gramos de hachís al supuesto comprador? ¿Es cierto que a cambio de esa droga el comprador entregó 1.000 pesetas al acusado? ¿Se conocían ambos? El jurado contesó sí a todas ellas.

El abogado defensor, Fernando Oliete, sostuvo durante el juicio que no existió tráfico de drogas por cuanto el vendedor y el comprador eran amigos y se limitaron a intercambiar piezas de hachís que cada uno había adquirido por su lado. Los estudiantes, en su veredicto, refutaron a Oliete y concluyeron que el acusado vendió -no intercambió- el hachís por 1.000 pesetas a Juan Carlos Vázquez.

El juez Alonso Suárez se desplazará en breve al instituto de formación profesional de Getafe en el que estudian los chavales y, junto a ellos, redactará una hipótesis de sentencia basada en el veredicto condenatorio que emitieron.

"Esa hipótesis de sentencia va a ser prácticamente la misma que la real", declaró ayer el magistrado. Si los estudiantes hubieran entendido que vendedor y comprador sólo intercambiaron droga, la hipótesis de sentencia habría sido absolutoria. La pena real impuesta finalmente al procesado -seis meses y un día de prisión menor, con el agravante de reincidencia; el fiscal pedía un año- es la mínima aplicable por ese delito.

El juez le condena también a una multa de 500.000 pesetas o 16 días de arresto sustitutorio en caso de impago.

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