La gente del espectáculo se atrinchera en el Alfil
La dirección del teatro Alfil y numerosos personajes del espectáculo empezaron ayer un encierro en la sala hasta que la situación se aclare. Mientras, continuarán las actividades teatrales. Ayer, día de descanso del teatro, se improvisaron actuaciones de "voluntarios".Nunca se habían visto tantos cómicos juntos tan temprano. Eran las 9.30, momento en que estaba prevista una representación extraordinaria de Cabaret castizo (el espectáculo que caricaturiza al concejal Ángel Matanzo), y la sala se hallaba abarrotada por unas 400 personas. Otras tantas se quedaron en la calle. El cineasta Pedro Almodóvar justificaba su presencia con una palabra, "indignación", y añadía: "Esta reacción de Matanzo no sólo es arbitraria, sino pueril y anticultural, y le pediría al señor alcalde que de una puñetera vez deje de hablar de cultura para no ponerse en evidencia".
Caras conocidas
Otros muchos famosos estuvieron allí ofreciéndose "para lo que haga fálta". En la extensa lista figuran Ana Belén, Fernando Trueba, Antonio Resines, Bibi Andersen, Loles León, Fernando Guillén, El Gran Wyoming, Gerardo Vera, Gerardo Malla, Fermín Cabal, Pedro María Sánchez, José Pedro Carrión, las Virtudes, Alfonso del Real y Juan Antonio Hormigón, éste en nombre de la Asociación de Directores de Escena. También se encontraban todos los directores de unidades de producción del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música del Ministerio de Cultura (y el subdirector de este organismo, Alfredo Carrión): Guillermo Heras, Andrés Peláez, José Carlos Plaza, Emilio Sagi y Adolfo Marsillach. Este último, cuya presencia fue agradecida especialmente porque estrena hoy y la noche anterior había trabajado hasta muy tarde, comentó: "Espero que reflexionemos, porque estamos ante la derecha dura".
También acudieron varios políticos del PSOE e IU, y, junto a ellos, Pedro Ortiz, concejal del PP, responsable de Cultura, quien se saltó así los avisos del alcalde después de que acudiera la pasada semana a la función.
En las ventanas de los pisos superiores de la finca en la que está situado el teatro Alfil se podían ver colgados carteles en los que se había escrito: "Cultura, sí; ruidos, no" o "Viva la cultura sin ruidos". Estos vecinos afirmaron que nunca había ido nadie del Ayuntamiento a efectuar una medición de decibelios.
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