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Negociaciones en Filipinas para liberar a las dos monjas españolas

Juan Jesús Aznárez

Varios religiosos han establecido ya contacto con los secuestradores de las dos carmelitas españolas. Los secuestradores son, al parecer, miembros de un grupúsculo escindido del movimiento separatista Frente de Liberación Moro, y negocian la liberación de Fátima Uribarren, de 38 años, y Julia Forrester, de 65. El presidente de Filipinas, Fidel Ramos, ordeno ayer una amplia operación policial y militar, dirigida por el Jefe del Estado Mayor, para intentar el rescate de las dos religiosas "sanas y salvas". Una intervención armada ha quedado aplazada a la espera del resultado de los contactos."No sabemos todavía las verdaderas motivaciones del secuestro, pero en estos momentos se celebran negociaciones", manifestó a este diario el embajador español en Filipinas, Herminio Morales, a última hora de ayer (hora local), después de que Ramos comunicara en conferencia de prensa que había cursado una orden a las Fuerzas Armadas y subrayado que la seguridad de las dos hermanas "es la prioridad fundamental del Gobierno".

Hace poco más de una semana, una adolescente de 15 años de origen chino resultó muerta en el fuego cruzado entre cuatro secuestradores, que también perdieron la vida y una patrulla de la policía. Las monjas religiosas carmelitas, la alavesa Uribarren y la tarraconense Forrester Roselló, fueron secuestradas el domingo por tres hombres armados muy cerca de la leprosería administrada por cinco monjas, cuatro españolas incluidas las dos carmelitas secuestradas, en la población de Jolo, a 950 kilómetros al sur de Manila, habitada mayoritariamente por musulmanes, y 150 de Zamboanga.

"Religiosas de órdenes españolas, carmelitas también, se han trasladado a la zona y también el obispo de Zamboanga. Lo que parece es que no hay motivación económica, sino exclusivamente política. Se trataría de llamar la atención", manifestó Morales.

El mismo grupo secuestró en fecha reciente a un ingeniero filipino y lo liberó al día siguiente. Esta circustancia ha permitido concebir esperanzas de una féliz y rápida conclusión del secuestro de las religiosas.

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