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El acusado de matar a la niña de Huelva llevó a la policía al lugar donde se halló el cadáver

El Boca -el acusado de violar y asesinar a una niña de nueve años en Huelva en febrero de 1991- condujo a la policía hasta las proximidades del sitio en la marisma onubense donde fue hallado enterrado el cuerpo sin vida de la pequeña Ana María Jerez Cano. José Franco de la Cruz, El Boca, quien ofreció voluntariamente su colaboración, exigió entonces a la policía para seguir en las tareas de búsqueda que el juez le garantizase que nos sería involucrado en el caso, según testificó ayer en la Audiencia onubense el inspector José Olivares durante el juicio por este crimen. El Boca adelantó a la policía una serie de características sobre las condiciones flisicas del cadáver que se comprobaron tras el hallazgo.La búsqueda de Ana María Jerez, desaparecida el 16 de febrero de 1991, duró 69 días. El Boca, muy interesado desde el primer momento en la marcha de las investigaciones, ofreció su ayuda, con bastante éxito. El sábado 20 de abril llevó al inspector Olivares hasta unos 100 metros del lugar donde fue encontrado el cuerpo sin vida de la pequeña seis días después, en una zona de marisma.

Puso una condición para seguir prestando su ayuda: "Que el juez le concediera la inmunidad, a fin de que no pudieran acusarlo", relató ayer en el juicio el inspector Olivares. La policía rastreó intensamente la zona desde ese momento y finalmente encontró el cadáver de la menor.

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