Dos estilos de cámara

Conjunto Ibérico de violonchelosTrío Beaux Arts de Nueva York

Director: E. Arizcuren. Solista: T. Verdera, soprano. Obras de García, Morera, Falla, Villa-Lobos, Montsalvatge y Ginastera. Obras de Haydn, Ravel y- Dvorak. Auditorio Nacional, Madrid, 14 de enero.

El Auditorio Nacional recomenzó el curso musical con géneros de cámara de distinta especie. A la misma hora, tocaba en la sala grande el trío Beaux Arts, de, Nueva York, y en la de cámara, el Conjunto Ibérico que dirige Elías Arizcuren. Se trata de un octeto de violonchelistas jóvenes que adiestra y conduce el donostiarra Arizcuren.

El grupo se produce con buen sonido, ajuste, flexibilidad y, en general, recto criterio. Le escuchamos una muy bella y sentida página de Enric Morera, Melancolía, expresada con incisiva intensidad; la denominada Suite popular española, es un arreglo de cinco de las Siete canciones populares, de Falla, realizado por Arízcuren y Ravestein a partir de la versión para voz y orquesta de Luciano Berio. Resulta dificil el olvido de la transcripción de Ernesto Halffter, la más fiel y la única autorizada y revisada por Falla. La escuchada al Conjunto Ibérico no me pareció excesivamente seductora y es evidente que algunos tiempos pecan de excesiva rapidez, como es el caso de Elpaño moruno y La canción. Probablemente habrían ganado mucho junto a la voz y no entiendo cómo -contando con la soprano Teresa Verdera para Villa-Lobos y Montsalvatge-, se hizo cantar al violonchelo. Excelente, en cambio, la Bachiana brasileira número 5, de Villa-Lobos, uno de los muchos aciertos del prolífico compositor, que la Verdera cantó y accionó con belleza, gracia y calidad musical.

Instrumento precioso

El trío Beaux Arts de Nueva York, formado en 1955, es un instrumento de cámara precioso y ha acertado la recién nacida Asociación Filarmónica al traerlo a Madrid. De la plantilla inicial queda tan solo el pianista (¡y qué pianista!), Menahem Pressler, un formidable discípulo de Egon Petri. La violinista turca, formada en Estados Unidos, Ida Kavafian, se incorporó al trío en 1992 y el violonchelista neoyorquino Peter Wiley, en 1987.

El Trío Dumky, opus 90, de Dvorak, es una de las páginas más originales y representativas del músico checo. Se basa en la forma tradicional de la dumka, algo así como una balada, que encierra la contraposición de un aire lento y expresivo frente a otro de gran viveza, al estilo del furiant. La versión del Beaux Arts Trio fue de antología. Igual quizá pueda tocarse, mejor parece imposible. Pocas veces nos es dado escuchar un grupo de cámara tan unificado en la técnica y la intencionalidad. Así, el público que llenaba el auditorio aplaudió con calor y no hay que decir que las propinas pusieron fina una sesión que había comenzado con tríos de Haydii y Ravel.