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"Prefiero que muera en casa antes que entregarlo"

Roberto Jiménez, padre de Aquilino, se mostró ayer contundente ante la posibilidad de que el niño pase a alguna institución que garantice su cuidado. "Prefiero que mi hijo muera en casa, antes que entregárselo a otro", afirmó, según la agencia Efe. En similares términos, se manifestó María, madre del pequeño. La chabola donde viven los padres de Aquilino linda con el cementerio de Carabanchel "No es el sitio mejor para que se cure mi hijo, pero no estoy dispuesta a entregársela nadie, ni a que lo manden a un centro, a pesar de que me dejen verlo todas las veces que quiera".Previamente, Esperanza García, vicepresidenta de la Comisión de Tutela del Menor, había manifestado que "el niño está atendido y tendrá todo lo que necesite". García no quiso adelantar qué acciones tomará su organismo con respecto al futuro de Aquilino. "Estamos a la espera de los informes del hospital", aclaró. Los padres del niño se han mostrado "abrumados" por la repercusión que ha tenido el caso de su hijo.

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Rafael Matesanz, coordinador nacional de Trasplantes, indicó ayer que el niño, previo estudio y valoración, "como se hace en todos los casos", será incluido en la lista de trasplantes.

Matesanz restó importancia al documento del Gregorio Marañón, suscrito por la médico que atiende al niño, que desaconseja el trasplante. "El documento alude al entorno social familiar, pero nada más". Corroboró asimismo la versión de que el Gregorio Marañón no ha enviado ningún escrito oficial a La Paz solicitando la valoración clínica del menor para un eventual trasplante. "El único contacto que ha habido por ese motivo entre ambos hospitales, según mi información, se produjo ayer (el miércoles para el lector)". "No hay contraindicación por motivos sociales a la hora de efectuar un trasplante", aseveró, con contundencia, Matesanz.

"Este niño tiene derecho a recibir la atención clínica adecuada y a que, si es necesario, se le haga el trasplante. Se han hecho intervenciones de este tipo a personas con un entorno social difícil y después no ha habido problemas", agregó. "No se trata de operarle y luego tenerle de por vida internado en el Marañón, ni de llevarlo a la chabola; se trata de buscar una solución adecuada", dice el coordinador de trasplantes. En estos momentos, 14 niños la mayoría de Madrid- esperan un hígado para sobrevivir.

Sólo tres hospitales españoles disponen de unidades infantiles específicas para trasplante hepático. Dos de ellas en Madrid - La Paz y el Doce de Octubre- y una tercera en el hospital Valle Hebrón, de Barcelona.

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