El día de suerte de Basam Siguri

Un vehículo todoterreno del Ejército israelí dejó a Basam Siguri en una callejuela cercana a su casa, en el casco antiguo de la ciudad de Hebrón, al sur de la Cisjordania ocupada. Antes, un helicóptero de la Cruz Roja había rescatado a Basam de las tiendas empapadas por la nieve del campamento de Marjaz Zohour, en territorio libanés, donde ha permanecido 25 días.Era el final de la pesadilla para este joven zapatero de 16 años, uno de los 10 palestinos deportados "por error" el 17 de diciembre, entre un grupo de 415 palestinos expulsados de los territorios ocupados por su supuesta colaboración con el grupo integrista Hamas.

Los vecinos de Basam reconocieron rápidamente la cara redonda, pecosa y cansada del más joven de los deportados. Unas 30 personas se precipitaron a abrazarle y besarle, y Basam recorrió los últimos metros hasta su casa a hombros de sus vecinos. Sólo después de fundirse en un apretado abrazo con su padre, Salim Siguri, el joven se dirigió a los periodistas para solicitar al Gobierno israelí que deje libres a sus compañeros de infortunio.

Israel ha autorizado a la Cruz Roja. a evacuar a los 10 palestinos deportados por error, pero, hasta ahora, Basam es el único que ha regresado Otro de los palestinos expulsados, Zuheir Labbadah, que salió con él del campamento libanés, ha sido trasladado a un hospital en la zona de seguridad israelí en el sur de Líbano para ser atendido de una enfermedad en el riñón.

Pese a la alegría del reencuentro no hubo bailes ni canciones "Estoy muy contento por el regreso de mi hijo", dijo Salim Siguri, herrero, de 55 años. "Pero nuestra alegría no es total porque pensamos en las otras 414 familias que aún esperan a uno de los suyos". Además de Basam, otro 80 residentes en Hebrón han sido deportados.

El joven Basam ha afirmado que nunca ha pertenecido al movimiento de resistencia islámica Hamás, ni a ninguna otra organización. Se le nublan los ojos cuando recuerda las extremas condiciones de vida en el campamento donde se encuentran los deportados. "Llueve y nieva, y el agua entra por debajo de las tiendas. Teníamos tanto frío que no podíamos dormir y cincuenta ha n caído enfermos. Todo el mundo espera regresar a casa", explica.

Basam fue arrestado el 14 de diciembre pasado a las diez de la noche. "Nunca, desde 1967 hasta ese día, el ejército había venido a casa" ' cuenta Salim. "Primero pensamos que Basam estaba en una cárcel cerca de Hebrort, y sólo por los periódicos pudimos saber que estaba entre los deportados". "No sé el motivo del error. Pero sí sé que cuesta menos expulsar a un palestino de su tierra que hacerle volver", añade.

Basam pronto retornará a su trabajo y olvidará el frío de las tiendas de Marj az Zohour. Sin embargo, ese nombre es desde ayer inolvidable para Samir al Qadi, otro de los palestinos expulsados que permanece en el campamento. Su esposa acaba de dar á luz en Surif, un pueblo cercano a Hebrón, una niña a la que pondrá ese nombre, Marj az Zohour, que en árabe quiere decir "pradera de las flores".