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El Grupo de los Siete se reune para buscar estímulos que reactiven la economía mundial

Los ministros de Economía y Finanzas de los siete países más ricos de la Tierra analizarán mañana martes en Francfort la situación de sus economías y las condiciones necesarias para la reactivación. La agenda de la primera reunión del año de los representantes del G-7 incluye el análisis de la inestabilidad monetaria en Europa, las nuevas perspectivas abiertas en Estados Unidos tras las elecciones presidenciales de noviembre y el cierre definitivo de las negociaciones comerciales de la Ronda Uruguay. Esta semana se inicia también la negociación colectiva en Alemania, cuyos resultados afectarán a la fijación de los tipos de interés en este país y, por consiguiente, en toda Europa.

Después de varias cumbres sin resultados palpables, el G-7 inicia mañana sus reuniones de 1993 en un clima de inestabildad e incertidumbre. Los ministros de Economía y Finanzas de Estados Unidos, Alemania, Japón, Francia, Reino Unido, Canadá e Italia han sido convocados en Francfort -sede del banco central alemán- para analizar la situación de sus países en un año decisivo para la economía mundial.Las perspectivas de los tres grandes bloques de naciones desarrolladas son, en estos momentos, muy desiguales, aunque los principales organismos internacionales -Fondo Monetario Internacional (FMI) y Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE)- han coincidido en rebajar las previsiones de crecimiento para 1993.

Ya en 1992, el FMI rebajó tres veces sus cuadros macroeconómicos y está previsto que lo vuelva a hacer en la próxima reunión de primavera, en Washington. Tan sólo el desbloqueo de la Ronda Uruguay podría hacer variar esas perspectivas pesimistas, gracias a un crecimiento del comercio mundial.

Recuperación estadounidense

Las mayores posibilidades de reactivación provienen en la actualidad de Estados Unidos, en donde la elección del demócrata Bill Clinton como presidente, después de 12 años de mandato republicano, ha abierto nuevas expectativas para este país, Canadá y México, si Clinton confirma el desarme arancelario previsto en el Acuerdo Norteamericano de Libre Comercio (NAFTA).

Los últimos indicadores económicos en EE UU ya han mostrado unos primeros síntomas de recuperación económica, que han devuelto una cierta confianza a los inversores y han fortalecido al dólar.

Por el contrario, la situación en Europa sigue siendo de pesimismo, tras la vuelta a la inestabilidad de los mercados cambiarlos y la negativa de Alemania de relajar su política monetaria para facilitar la recuperación. En los últimos días se han - hecho públicas las previsiones de crecimiento en este país y en Francia, que auguran un fuerte aumento del desempleo. Ya en la última cumbre de jefes de Estado y Gobierno del G-7, celebrada en la ciudad alemana de Munich, se llamó significativamente la atención sobre el peligroso aumento del paro durante 1993.

Las posibilidades de reactivación en los países comunitarios dependen, en estos momentos, de la decisión del Bundesbank (banco central alemán) de rebajar sus tipos de interés y permitir que el resto de los estados miembros de la Comunidad Europea hagan lo mismo para incentivar el crecimiento.

El jueves pasado, el Bundesbank se limitó a realizar un gesto de que podría relajar su política monetaria a medio plazo, aunque su presidente, Helmut Schlessinger, insistió en que no habrá una decisión drástica de bajada de tipos hasta que no se controle la inflación.

Precisamente esta semana se inicia en Alemania la negociación colectiva con la reunión de la mesa del Sector Público, después de un primer contacto infructuoso el pasado viernes. El incremento salarial que se fije para los funcionarios será decisivo para el resto de los convenios y determinará la política monetaria alemana, que podría relajarse si se confirma la moderación salarial. Ello abriría las puertas para una rebaja generalizada de tipos de interés en Europa. En España, el ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, ha insistido en que la relajación de la política monetaria dependerá de lo que haga Alemania.

Respecto a Japón, las posibilidades de que asuma un papel protagonista en la reactivación mundial son cada vez menores, según se desprende de las previsiones realizadas por su gobierno, que este año será anfitrión para la tradicional reunión de jefes de Estado y Gobierno -del G-7, que se celebrará en el mes de julio.

Dos cumbres monetarias en una semana

La inestabilidad monetaria europea será también analizada esta semana en dos reuniones al más alto nivel comunitario. Mañana martes se reúnen en Basilea los gobernadores de los bancos centrales europeos y el jueves está convocado el Comité Monetario en Bruselas, al que asisten los responsables del Tesoro de Los Doce, junto a los subgobernadores de bancos centrales. En ambos casos, se trata de encuentros habituales, aunque son los primeros del año.El orden del día de ambas cumbres incluye el análisis de los mercados monetarios al iniciarse 1993 y las perspectivas de tipos de interés y de cambio para las próximas semanas. Los gobernadores de los bancos centrales tendrán que continuar, además, con la elaboración del informe sobre la tormenta monetaria que deberán entregar en breve a la Comisión Europea.

Respecto al Comité Monetario, en Bruselas se ha intentado mantener su convocatoria en secreto, para no provocar nuevos rumores de reajuste en el seno del Sistema Monetario Europeo (SME). Sobre todo, después de las nuevas presiones a las que se han visto sometidos el franco francés, la libra irlandesa y la corona danesa durante toda la semana pasada , que obligaron a los bancos centrales de Francia y Alemania a emitir un comunicado conjunto de apoyo incondicional a la divisa francesa, y al Gobierno de Irlanda a subir su tipo de interés hasta el 100%.

Los expertos consideran que la inestabilidad continuará esta semana en cuanto abran los mercados financieros, "ya que los problemas de fondo no han sido solucionados todavía". La reducción del 8,75% al 8,60% del tipo de interés de los repos del Bundesbank -banco central alemán-, que entra en vigor esta mañana, no se considera suficiente para aplacar la voracidad de los especuladores.

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