El petróleo vertido por el 'Braer' llega en forma de grasa a los prados, casas y ganado de las islas Shetland
El desastre ecológico de las islas Shetland alcanzó ayer tierra firme. El crudo derramado desde el petrolero Braer aumentó su abrazo sobre la costa sur de la mayor de estas islas escocesas y, transportado por el viento, empezó a depositarse sobre el ganado, casas y cultivos de la zona. El temporal amenazaba con quebrar al fin el casco del Braer y agravar la tragedia con las casi 40.000 toneladas de petróleo que, según se estimaba, permanecían alojadas en el vientre de la nave.
El mal tiempo frustró los planes de arrastrar el petrolero mar adentro. "Amarrar el buque a la costa y ponerlo bajo control es imposible, por lo que debemos intentar remolcarlo hacia alta mar, donde el vertido tenga consecuencias menos drarnáticas", dijo un portavoz de Smit-Tak, la compañía de salvamento contratada por los armadores. "Pero para desembarrancar el Braer tenemos que llegar a él y subir a bordo, y el viento no nos deja", agregó.El equipo de Smit-Tak permaneció ayer con los brazos cruzados, incapacitado para actuar por un temporal de fuerza 9. La naturaleza ganaba a los hombres en su carrera contrarreloj y empezaba a darse por seguro que toda la carga del buque, hasta la última de las 85.000 toneladas de petróleo, acabaría derramada sobre la costa de la isla, al noreste de Escocia. Los pronósticos meteorológicos apuntaban a un empeoramiento del temporal durante la pasada noche y el día de hoy.
Helada de petróleo
El ayuntamiento de las islas Shetland anunció que tenía preparada la evacuación completa de la zona más afectada, de unos 80 kilómetros cuadrados, y que la pondría en marcha si el viento amainaba. "El temporal nos ha perjudicado hasta ahora, pero en estos momentos evita que las partículas de petróleo se posen masivamente sobre la isla", dijo un miembro del consistorio. "SI cesa el temporal, bajarán las temperaturas y se producirá una helada de petróleo. En ese caso, sería aconsejable proceder con la evacuación", explicó. La temperatura de solidificación del crudo es muy variable, puesto que depende del tipo y componentes del mismo.
La policía ya estableció, ayer por la mañana, un cordón de seguridad en tomo a la costa y pidió a periodistas y residentes que se alejaran. El olor a petróleo era muy intenso, y se percibía hasta a 30 kilómetros de distancia del Braer. El mar, los prados, el ganado, las casas, todo estaba recubierto por una película de grasa marrón. El crudo que transportaba el Braer era de un tipo especialmente liviano y volátil. La ganadería es, junto con la pesca, la principal actividad económica de las Shetland, y se teme que, la catástrofe ecológica comporte un enorme daño económico. Unas mil ovejas que producen la famosa lana shetland mostraban síntomas de intoxicación, mientras la fauna marina -aves, focas, peces- seguía muriendo. Se manejan ya cifras de unas 2.000 aves muertas. Una parte de las afectadas será enviada al mayor centro europeo especializado, situado en Taunton, al sur del país. Este centro puede acoger hasta mil aves para intentar su recuperación.
Los efectos del petróleo sobre los cultivos tardarán en desaparecer entre tres y cinco años como mínimo, según distintas fuentes científicas.
No más disolventes
La unidad de contaminación marítima del Ministerio de Transportes británico decidió suspender el lanzamiento de disolventes sobre la mancha de petróleo, que cubría ya un frente de casi 20 kilómetros en torno a la bahía de Quendale, al sur de las Shetland. La suspensión tuvo dos argumentos: uno, que el viento ponía en grave riesgo la seguridad de los pilotos; dos, que las organizaciones ecologistas consideran que el efecto del detergente sobre la naturaleza es aún más grave que el del petróleo.
Con la tragedia en pleno desarrollo, en Londres y Nueva York se hablaba ya de indemnizaciones. B & H, Ship Management, la firma estadounidense con sede, en Bermudas propietaria del buque, fletado bajo bandera liberiana, pertenece a un consorcio de seguros mutuos y baraja una indemnización cercana a los 9.000 millones de pesetas. Esa suma se repartiría entre los directamente afectados por la marea negra, desde el propio estado británico hasta las piscifactorías de salmón de Shetland.
Algunos sectores, como el turístico, han hecho constar que el desastre les afectaría también a ellos. Hector Monro, director de Ambiente en el Ministerio para Escocia, dijo ayer que el gobierno británico comprendía esas reclamaciones y procuraría satisfacerlas, lo que parecía indicar que los contribuyentes del Reino Unido tendrán que hacer frente a una factura adicional.
Pero no puede descartarse una batalla legal en torno a la catástrofe. La versión del capitán y tripulantes del Braer, que respalda la naviera norteamericana, ha sido puesta en duda por varios especialistas: no está claro que el fallo de los motores se debiera a la entrada de agua en el depósito de combustible.
Los guardacostas critican también la prisa de los tripulantes por abandonar el buque. Aunque intentaron volver al cabo de unas horas, durante ellas se podía haber intentado alejar el petrolero de la costa.
Catástrofe anunciada
Un diputado escocés ya lo había advertido en 1991: la ruta marítima junto a las islas Shetland acabaría siendo escenario de una catástrofe. Se trata de un pasillo de 22 millas dé anchura en algunos puntos, relativamente frecuentado desde que empezó a extraerse petróleo del mar del Norte, y azotado por temporales.La catástrofe del Braer, tan próxima en el tiempo a la que devastó la costa coruñesa, está haciendo reflexionar a los Gobiernos y alas compañías aseguradoras. Los petroleros no respetan las distancias mínimas a la costa -de cumplimiento voluntario- y las medidas internacionales adoptadas hasta ahora para incrementar la seguridad del transporte, de crudo no han tenido efectos positivos. Sólo Estados Unidos aplica, desde el desastre del Exxon Valdez en Alaska, una legislación severa sobre los petroleros.
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