Sancionados veinte restaurantes de lujo por cobrar precios abusivos

El propietario de un establecimiento puede cobrar lo que quiera por sus productos siempre que lo anuncie en una carta de precios bien visible, aprobada y sellada por la Comunidad de Madrid. Sin embargo, 20 de 92 locales de entre tres y cuatro tenedores inspecionados por los funcionarios regionales estafaban a los clientes. No se contentaban con fijar el precio de la carta, a menudo caro, sino que lo sobrepasaban. Además, en 35 casos no informaban de la inclusión del IVA.

Por si fuera poco, y para que al cliente no se le pasara por la cabeza la posibilidad de protestar, más de la mitad -el 55%,- de los restaurantes no anunciaban la disponibilidad de hojas de reclamaciones.El subdirector de Consumo en la Comunidad de Madrid, Miguel Conde, organizó el pasado verano una campaña de inspección sobre los locales que en la Guía del Ocio se anuncian con tres y cuatro tenedores. De ellos, 71 se encontraban en Madrid, y el resto, repartidos por los municipios más turísticos de la región.

Resultó curioso el hecho de que en los pueblos visitados, como San Lorenzo del Escorial, la repercusión sobre el cobro de IVA que no se anunciaba en la carta (5%) fue visiblemente menor que la que acostumbraban a cobrar en Madrid: el 11%.

Conclusiones pesimistas

La campaña no sólo abarcaba la inspección de precios, sino que se extendió hacia las condiciones higiénicas y sanitarias. En este punto, las conclusiones extraídas por los técnicos informan muy poco en favor de los hábitos higiénicos de los mejores restaurantes madrileños. En el 57% de ellos el personal de cocina lucía la cabeza al descubierto, sin ninguna prenda que evitara el desprendimiento de cabellos en los platos. El 63% carecía de toallas de un solo uso, tal como obliga la ley. Además, los propietarios de los locales ignoraban que esto fuera un requisto legal.

La mitad de los restaurantes tampoco disponía de mallas mosquiteras en las ventanas de la cocina, algo obligado y casi indispensable en los meses de verano. Además, sólo 19 de ellos disponían de dispositivo antiinsectos en la cocina. El 37% de ellos acumulaba la basura en recipientes colocados en la cocina.

En varios casos, los inspectores regionales tuvieron que inmovilizar conservas de perdices sin información alguna en el etiquetado, salmones y truchas que carecían del marcado de caducidad y anchoas en conserva que permanecían en envases abombados y otros con fecha de consumo sobrepasada.

La campaña se enfocó principalmente sobre establecimientos próximos al Museo del Prado, el Palacio Real o la Puerta de Toledo. El verano pasado, este periódico pudo comprobar cómo en varias terrazas de la plaza Mayor recientemente por la Comunidad-, los camareros cobraban un precio distinto por la misma comida a un redactor y a una colega extranjera que se sentó en otra mesa.

El subdirector de Consumo de la Comunidad asegura que las sanciones por el cobro de precios no autorizados no bajarán en ningún caso de las 25.000 pesetas.

En el caso de los expedientes abiertos por razones de higiene, la cuantía varía mucho en función de la gravedad de cada caso. No obstante, Miguel Conde asegura que, si los ciudadanos se animan a utilizar las hojas de reclamaciones, se descubrirían más locales que actúan en la ilegalidad.