745 moscas españolas, en orbita
Rusia y Europa cooperan por primera vez en un proyecto biológico con un satélite lanzado ayer
Ni rusos, ni norteamericanos. Las estrellas de la última aventura espacial son más de sete cientos minúsculos cosmonautas españoles acompañados por dos monos, que durante dos semanas surcarán la órbita terrestre en el primer experimento biológico conjunto realizado entre la Agencia Espacial de la Federación Rusa, dirigida por Yuri Kóptev, y la Agencia Europea del Espacio (ESA). Los viajeros son cientos de ejemplares de la mosca del vinagre, y el habitáculo, el satélite experimental que fue lanzado ayer al espacio desde el cosmódromo de Plesetsk, al norte de Rusia.La expedición, bautizada con el nombre de Bion 10, despegó con éxito a las 16.30 de Moscú (dos horas menos en Espana) y regresará a la Tierra el próximo 12 de enero. Las moscas, instaladas en un compartimento situado en la parte inferior del asiento ocupado por los monos, participan en dos investigaciones sobre los efectos de la gravedad en el desarrollo embrionario y el envejecimiento, respectivamente. En el primer experimento, denominado Cloud (nube), se utilizan 225 moscas, y en el segundo, denominado Fly (mosca), se emplean 520. La Universidad Autónoma de Madrid, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Universidad de Alicante participan en ambas pruebas.
La investigación sobre el envejecimiento trata de aportar nueva luz sobre el mecanismo que activa este proceso, según manifestó a este periódico Roberto Marco, uno de los científicos responsables del experimento. Anteriores pruebas parecen indicar, según Marco, que el envejecimiento está ligado a las experiencias en etapas terripranas de la vida. En el caso de las moscas drosófilas o moscas del vinagre, la microgravedad y el espacio parecen afectar de forma diferente a los machos y a las hembras. La vida media de uno de estos insectos macho, que suele durar de dos a tres meses, se acorta de un 25% a un 30% en relación a los congéneres que no han viajado al espacio, señaló Marco.
Esta circunstancia podría dar pistas sobre la relación entre el viaje espacial y el proceso de envejecimiento y sobre el mecanismo de utilización de la energía por las células.
La investigación sobre el desarrollo embrionario, por su parte, prevé una intensa reproducción de las moscas y tratará de aclarar los efectos de distintas condiciones de gravedad sobre la evolución de las células.
España ha participado en anteriores experimentos sobre envejecimiento y desarrollo embrionario realizados con moscas drosófilas en el espacio. En 1992, las moscas sucumbieron víctimas de un fallo en la esterilización del recipiente en el que viajaron a bordo del transbordador espacial estadounidense Shuffle, según manifestó Marco.
Los monos que acompanan a las moscas en la expedición Bion 10 pertenecen al Instituto de Problemas Médicos y Biológicos de Rusia y son utilizados en pruebas rutinarias sobre los efectos risiológicos de la gravedad.
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