Las películas europeas dobladas no generán licencias para las multinacionales
La anunciada nueva normativa del Ministerio de Cultura para recortar a las multinacionales norteamericanas las licencias de doblaje, va a sufrir una modificación sustancial: las películas comunitarias tendrán los mismos derechos que las españolas sólo si se exhiben en versión original; en caso contrario -si se proyectan en España dobladas- no beneficiarán con una licencia de doblaje para una película norteamericana a la multinacional que la estrene.
Cultura acepta esta reivindicación de los profesionales del cine español y rectifica así su proyecto de ley. "Hemos tomado una decisión política para defender al cine español, y, hasta que se pronuncie el Tribunal de Luxemburgo, Bruselas [la CE] puede tener una opinión y nosotros otra", dice J. M. Lamet, director del Instituto del Cine (ICAA).
La legislación que ahora se va a modificar data de 1980 y contempla que, a modo de pago por el uso del idioma -el doblaje generalizado, no existe en ningún país de Europa y América, salvo España-, cada película extranjera que se estrene doblada necesite de una licencia de doblaje, que las distribuidoras -en manos, principalmente, norteamericanas- consiguen sólo cuando estrenan películas españolas (y ahora comunitarias no dobladas).
El objetivo que perseguía Cultura era actualizar la legislación para limitar el poder del cine norteamericano en España y, a la par, conseguir que se estrenaran más películas españolas. Además, desde el ingreso de España en la CE, estaba pendiente un asunto que los distribuidores (Fedicine) han llevado hasta el Tribunal de Luxemburgo: en España hay discriminación entre películas españolas y comunitarias.
Así, el nuevo texto legal que había preparado Cultura eliminaba esta discriminación, pero contemplaba un matiz que ha sido denunciado por los profesionales del cine español: las películas comunitarias tendrían río sólo los mismos derechos que las españolas, sino muchos más, porque se contemplaba que pudieran estrenarse dobladas y, encima, generar nuevas licencias de doblaje. Este hecho, tanto para las asociaciones de profesionales del cine español supondría que "las distribuidoras norteamericanas compraran todavía menos películas españolas, ya que conseguirían los mismos efectos adquiriendo películas europeas dobladas".
Esta misma semana, Cultura ha decidido rectificar el proyecto legal, y en la nueva redacción, que irá a Consejo de Ministros probablemente la próxima semana, se contempla que las películas europeas tendrán los mismos derechos que las españolas sólo si se estrenan en versión original, como ocurre con el cine español en el resto de Europa.
"La decisión que hemos tomado", explica Lamet, "es para colaborar con los profesionales del cine español. Sabemos que esto plantea problemas fuertes. Pero, mientras no haya sentencia en Luxemburgo, todo es opinable".
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