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El rechazo a la ley de privatización amplía la crisis de Gobierno en Uruguay

La arrolladora victoria en el referéndum celebrado el domingo, con casi un 72% de los votos, de los partidarios de la anulación de cinco artículos esenciales deja ley de privatización de empresas públicas en Uruguay, deja al presidente Luis Alberto Lacalle, de 51 años, en una situación precaria, cuando todavía faltan un total de 28 meses para el final de su mandato presidencial.

Se trata de una derrota anunciada, pero las dimensiones su ponen "un misil en la línea de flotación del Gobierno". Así titulaba ayer un comentario el periódico El observador económico. La sacudida obligará sin duda a Lacalle a ampliar la crisis de su gabinete, que ya ha bía anticipado. La abrumado ra derrota abre además una in terrogante sobre el futuro de la reforma del Estado en Uruguay.En un breve discurso el domingo por la noche Lacalle constató que su Gobierno nunca tuvo mayoría parlamentaria y se vio obligado a compromisos para sacar adelante la ley, que quedó aprobada tras 16 meses de trabajo parlamentario. Los electores anularon el domingo sus cinco artículos esenciales. La privatización de la empresa telefónica estatal, Ante¡, ha quedado vetada por la abrumadora mayoría del electorado. Sin embargo Lacalle, piensa que la anulación de la ley "no hace detener la reforma del Estado" y convocó a la reflexión y el diálogo.

Miles de partidarios del rechazo de la ley de privatizaciones, invadieron la principal avenida de Montevideo, la 18 de Julio, minutos después del cierre de las urnas. Se celebró allí una verbena popular, una especie de carnaval anticipado, que sólo un fuerte vendaval disolvió al filo de la medianoche. Con gritos y coros del estilo de las barras bravas futbolísticas del Río de la Plata, muchos coreaban a voces: "¡Y llora, y llora, y llora Cuqui [apelativo familiar de Lacalle], llora!", o "¡que sí, que no, el pueblo los cagó!".

El poder y el pueblo

El resultado del referéndum ha puesto de manifiesto la discrepancia existente entre el aparato gubernamental y el poder legislativo y el pueblo. Una ley clave para la reforma del Estado uruguayo, que estaba en vigor tras pasar todos los trámites legislativos, quedó barrida por una avalancha de casi el 72% del electorado. El rechazo fue general en todo el país. En Montevideo pasé del 74% y en el resto de Uruguay, el 69%.El porcentaje de votantes a favor del mantenimiento de la ley, un 27,19%, quedó casi un 12% por debajo de los votos conseguidos por todas las corrientes del Partido Nacional Blanco en su victoriosa elección presidencial de 1989. Ese porcentaje de votos favorables a la ley ni siquiera superó en un 5% al conseguido por Lacalle en la elección que le llevó a la presidencia, a pesar de que lo apoyaba casi todo el Partido Blanco y su principal contrincante en 1989, el derrotado candidato presidencial colorado, Jorge Batlle.

El mapa político de Uruguay ha quedado sacudido y en tela de juicio la vigencia de los famosos lemas electorales. Blancos y colorados se presentaron divididos en los dos frentes del referéndum ante una cuestión tan esencial como el proyecto de sociedad que se plantea al país. Ahora se abre la cuestión de ver quién capitalizará el resultado del referéndum.

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