España invierte en investigación militar más del 21% de todos los fondos dedicados a ciencia y tecnología
En el ámbito de la investigación científica y el desarrollo tecnológico (I+D), España destaca fundamentalmente en una cosa: la gran cantidad de dinero destinada a la investigación militar, que alcanza el 21,10% de todos los fondos públicos dedicados a I+D, según consta en el tercer informe Eurostat, que acaba de publicar la Oficina de Estadística de las Comunidades Europeas. Por lo demás, nuestro país sigue estando en el furgón de cola de la CE en dinero dedicado a la ciencia y la tecnología, mientras que la Comunidad en su conjunto se sitúa bastante por detrás de sus dos grandes competidores del Primer Mundo: EE UU y Japón.El informe de la CE, que aporta cifras de 1990, muestra que sólo las dos potencias nucleares europeas -Reino Unido y Francia- dedican al sector militar un porcentaje mayor que España, mientras que Alemania, aunque en cifras absolutas gaste más, sólo destina el 12,8% de sus fondos públicos de investigación. Los demás países comunitarios presentan ya cifras muy bajas o nulas. Todos esos porcentajes, sin embargo, se quedan cortos si son comparados con el altísimo 65,4% que Estados Unidos destina a su investigación militar, que contrasta con el escaso 5% de Japón.
Cualquier otro renglón que se elija muestra a España como un país poco volcado a las tareas científicas. La cifra que más suele usarse para determinar la preocupación de un país por la investigación, el porcentaje de dinero público o privado sobre el total del producto interior bruto (PIB), coloca a España, con su 0,72%, muy lejos de la media comunitaria del 2,04%. Es un porcentaje similar al de Irlanda y sólo superior a los de Portugal y Grecia. El gran esfuerzo hecho por el Gobierno español con el Plan Nacional de I+D, que elevó el dinero destinado a la investigación científica y tecnológica hasta el 0,92% del PIB en 1991, no ha logrado sacar al país de los últimos lugares del ranking.
La CE está en clara desventaja frente a sus principales competidores: Estados Unidos y Japón. Frente al 2% casi pelado de la CE, tanto los asiáticos como los americanos destinaron a I+D cifras situadas por encima del 2,8% del PIB. Entre los países de la CE, sólo la Alemania anterior a la unificación se situaba en un porcentaje similar, seguida a gran distancia por Francia y el Reino Unido.
La procedencia de los fondos destinados a la investigación presenta notables diferencias: mientras que en Japón sólo el 16,8% lo proporciona el Estado y en Estados Unidos la aportación estatal y la privada se reparten casi a partes iguales, en la CE los fondos públicos se sitúan en el 40%.
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