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Los vecinos se rebelan contra la "pasividad" de los políticos en la lucha contra la droga

Francisco Peregil

La crisis económica lanza dentelladas contra los yonquis, y los políticos en el poder no hacen nada por ellos. Eso es lo que opinan los concejales de IU en el Ayuntamiento y una treintena de asociaciones vecinales, que planean encerrarse para dormir una noche en un centro de la Comunidad y en otro del Ayuntamiento a fin de que todos, socialistas y conservadores, se sientan inculpados. Los representantes de ambas administraciones desmienten que haya un recorte en el presupuesto destinado a drogadictos, aunque! admiten carencias en la atención.

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Las asociaciones hablan de casos como el de un pensionista de la empresa Moto Vespa, que no tiene dinero para costearle granjas privadas a su hijo Juan Carlos C., de 24 años. Quiere vender su piso en Madrid para irse a su pueblo y, con el dinero, seguir costeándole las 100.000 pesetas mensuales que cuesta la cura en centros privados.Según el concejal de Izquierda Unida Félix López Rey y los portavoces de varias asociaciones vecinales, el Ayuntamiento ha recortado los gastos de lucha contra la droga en dos frentes: el primero, reduciendo las becas para ingresar en las comunidades terapéuticas privadas; el segundo, recortando las subvenciones a las organizaciones de barrio.

Centros concertados

Éste último es el caso de la asociación La Comuna, en Carabanchel, que pasó de recibir 7,5 millones en 1991 a sólo dos millones este año. Ahora han de pagar los siete meses de sueldo que deben a dos profesores. En el camino han quedado la formación de hijos de padres alcohólicos y de madres drogadictas.En el otro frente,. el de las comunidades terapéuticas privadas, la batalla de cifras continúa. Felix López Rey mantiene que el Ayuntamiento tenía concertadas 636 plazas en centros privados en 1991, con comunidades como Egueiro y El Patriarca; en 1992 se redujeron a 136, y el año próximo sólo habrá 80.

Las escuelas de fútbol, los talleres de formación profesional, los cursos de jardineros y demás tareas preventivas pueden evocar métodos trasnochados y poco efectivos para luchar contra la droga, pero resultan los más adecuados para alejar de la jeringuillas a los chicos que abandonan el colegio, a tenor de lo que opinan los trabajadores de asociaciones como la de Pan Bendito, con años de experiencia.

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La concejal de Servicios Sociales, Ana María García Armendáriz, asegura que simplemente se han reducido las becas destinadas a El Patriarca, pero que las plazas han aumentado en otros centros. Mantiene que, a pesar de que el Ayuntamiento ha recortado sus presupuestos [pasa de 349.347 millones en 1992 a 329.395 en 1993], los toxicómanos no se verán afectados.

Para ingresar en las comunidades terapéuticas privadas, donde sólo pueden permanecer un máximo de seis meses, los drogadictos tienen que haber pasado el mono o síndrome de abstinencia. En Madrid sólo hay 26 camas (16 en hospitales y 10 en pisos) para curarse el mono. Los responsables del Plan Regional de Drogas reconocen que, a pesar de que el síndrome se puede pasar en 10 días y, por tanto, una cama se utiliza por tres toxicómanos al mes, se necesitarían otras 10 camas más para reducir la lista de espera, que en estos momentos se sitúa en un mes y medio.

En algo coinciden la mayoría de los representantes vecinales: si el Ayuntamiento del PP hace poco por los drogadictos, el Gobierno socialista de la Comunidad hace aún menos.

El responsable del Plan Regional de Droga, Julio Álvarez, aporta cifras para desmentirlo: este año se han invertido 1.603 millones de pesetas, y para el año próximo se han presupuestado 1.783. Si bien Álvarez hace la salvedad de que los presupuestos regionales aún no han sido aprobados por la Asamblea; es decir, que tal vez no se registre ese incremento previsto del 11%. La Comunidad trató el año pasado a más de 8.000 personas, que este año ascenderán a 10.000.

Otras carencias

Las asociaciones vecinales aseguran que el único centro que suministra metadona se muestra totalmente insuficiente. La metadona es un derivado del opio con propiedades sedantes. Sólo hay 230 plazas para someterse a este tratamiento y un solo centro en toda la región. Los responsables regionales también reconocen esa carencia, y por ello se han planteado la idea de repartir metadona desde un autobús.

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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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