Los españoles dan menos valor pedagógico al juguete que los demás europeos

El valor que se da en España al juguete como instrumento didáctico es inferior al que se le otorga en la mayoría de los países de la Europa comunitaria. En 1991, los españoles gastaron en juguetes el equivalente a 13.000 pesetas por niño, la mitad de lo que se gastó en Alemania e inferior a las cifras de Italia, Bélgica o el Reino Unido. La Asociación de Investigación de la Industria del Juguete (AIJU) ha elaborado una guía basada en el estudio pedagógico, de calidad y seguridad de 119 juguetes fabricados por 35 empresas españolas.

España se encuentra entre los últimos lugares de la Comunidad Europea en cuanto a gasto anual en juguetes. El gasto por año y niño en Alemania supera las 24.000 pesetas, mientras que en Italia se estima en algo más de 16.500 pesetas. Países como Bélgica o Reino Unido. registran un gasto medio anual de 19.700 y 16.000 pesetas.La guía, editada por AIJU por segundo año consecutivo, pretende concienciar a los padres españoles de que el juguete desempeña una extraordinaria labor en el desarrollo formativo del niño. La investigación contenida en el documento ha corrido a cargo de un equipo de 50 expertos de laboratorio, psicólogos infantiles y pedagogos. Esta experiencia es única en España, según AIJU, que tiene su sede en lbi (Alicante), uno de los principales focos jugueteros de España. El laboratorio de AIJU fue el primero acreditado por la Red Nacional de Laboratorios de Ensayo para emitir certificados de acuerdo a la normativa comunitaria sobre seguridad en el uso del juguete.

Los 119 juguetes seleccionados para el estudio proceden de 35 industrias jugueteras españolas que han respondido voluntariamente a la convocatoria de AIJU y que han puesto sus productos a disposición de los expertos. Los responsables de AIJU han advertido que la muestra no es representativa de la oferta juguetera que podrá encontrarse en el mercado este año.

Los juguetes elegidos se han sometido a dos tipos de análisis. En primer lugar se estudió si los juguetes cumplían las normas de seguridad vigentes en la Comunidad Europea y, en segundo, el valor pedagógico y la calidad de los mismos. Este segundo análisis se ha realizado en colaboración con seis ludotecas localizadas en Madrid, Barcelona, Lérida y Valencia, así como en cinco guarderías y escuelas' infantiles.

Los juguetes fueron sometidos a observación durante un mínimo de cien horas de juego.Del centenar de juguetes que se analizaron, 41 de ellos han sido rechazados. La guía enumera los factores pedagógicos que posee cada juguete, como, por ejemplo, los aspectos sensoriales, psicomotores, cognitivos, sociales y afectivos. Establece, además, una clasificación de los juguetes según la edad de los niños y omite cualquier referencia a si los objetos van dirigidos a las niñas o a los niños. "Considerarnos que los juguetes no tienen sexo", se afirma en la guía.

El documento incluye la fotografía y nombre del juguete, el fabricante, su precio aproximado, el tipo de juguete, la edad para la que es adecuado, su descripción, los aspectos pedagógicos más importantes y las razones por las que se recomienda su compra. La Asociación Española de Pediatría y la Asociación Mundial de Educadores Infantiles han colaborado en la distribución de la guía, de la que se han editado 280.000 ejemplares. El documento se repartirá gratis junto a revistas de educación infantil y a través de escuelas infantiles y consultas de pediatras.

Jugetes de calidad

Los responsables de AIJU, asociación sin ánimo de lucro creada a iniciativa del Instituto de la Pequeña y Mediana Industria Valenciana (Impiva) y de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ), han manifestado que la calidad del juguete español es buena. Según la asociación, un informe emitido por el Instituto Nacional de Consumo en 1989 -un año antes de que entrara en vigor la normativa comunitaria sobre seguridad en los juguetes- evidenció que el 72% de los juguetes españoles respetaban las normas de seguridad, mientras que un 91% de los juguetes importados del Extremo Oriente, a excepción de Japón, incumplía la normativa.