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El Parlamento ruso prohíbe el referéndum propuesto por el presidente Borís Yeltsin

Borís Yeltsin vio devaluarse aún más su capital político cuando el Congreso de Diputados aprobó ayer una enmienda a la ley del referéndum, que prohíbe la celebración de la consulta popular propuesta por el presidente ruso. Las dificultades psicológicas de Yeltsin, quien anoche repitió que respalda a Yegor Gaidar como primer ministro, para afrontar un careo con el jefe del Parlamento, Ruslán Jasbulátov, empujaron a éste a la contraofensiva v a someter a votación una enmienda que dejó al presidente sin su principal carta para negociar un compromiso con los diputados.

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Deshacerse del consejero

Yeltsin se entrevistó ayer por la mañara con un grupo de parlamentarios y en esa reunión se pefiló un posible acuerdo para salir de la crisis política interna desatada el jueves la más grave desde el intento de golpe de Estado en agosto de 1991. El acuerdo prevé concesiones mutuas. El presidente retiraría su llamamiento al pueblo a cambio de que el Congreso ratificase como primer ministro permanente a Yegor Galdar o, por lo menos, le permitiera nombrarle jefe del Gobierno en funciones por seis meses, y no por tres como establece la ley.Parte del compromiso sería Una moratoria a las enmiendas constitucionales aprobadas que merman el poder del Ejecutivo, sobre todo la que exige la aprobación del Parlamento para las nominaciones de los ministros de Defensa, Interior, Seguridad y Exteriores. El presidente, por su parte, acepta ría sacrificar a su consejero principal, Guennadi Búrbulis -el persortaje del entorno de Yeltsin más odiado por la oposición- y al actual ministro de Exteriores, Andréi Kózirev, a quien se le culpa de numerosos errores graves.

Mientras las negociaciones tenían lugar en el Gran Palacio del Kremlin, el Congreso de los Diputados aprobó un orden del día que fue una verdadera bofetada a Yeltsin: la política rusa frente a Yugoslavia para suspender el boicoteo a este país, que, según la oposición, ya le ha costado a Rusia miles de millones de dólares; examen y aprobación de la ley de Gobierno, que recorta los poderes del presidente; modificaciones a ley de referéndum, y nominación por parte del Congreso de los directores de los medios de comunicación estatales.

La oposición entendió que podía colar cualquier propuesta después de que Yeltsin abandonara la sala el jueves tras acusar al Congreso de estar dando un golpe de Estado paulatino. Sin embargo, en vez de comenzar a tratar los puntos aprobados en el orden del día, los diputados decidieron posponerlos hasta después del almuerzo durante el cual Yeltsin debería haberse reunido con Jasbulátov y con Valeri Zorkin, jefe del Tribunal Constitucional. De este modo, el orden del día se transformaba en una carta que Jasbulátov iba a jugar en la sobremesa. Pero Yeltsin se reunión con Zorkin, sin invitar a Jasbulátov.

Hay conversaciones, pero no tienen ni el ritmo ni la eficacia que quísiéramos. A mí todavía no me han invitado. Esperaremos a que deseen reunirse conmigo. Quizá confíen en que el Congreso se canse y termine sus labores", dijo Jasbulátov, que la noche anterior había llamado "infantil" a Borís Yeltsin.

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Sintiéndose desplazado, Jasbulatóv decidió actuar y sometió a votación la enmienda a la ley de referéndum para impedir que Yeltsin llame a la consulta popular con la que amenazó el jueves. Al artículo de la mencionada ley, que enumera las cuestiones que no pueden ser sometidas a plebiscito, se le agregó una frase por la que se prohibe llamar a referéndum "sobre la confianza o el cese anticipado de las competencias de los órganos supremos de representación, ejecutivos y judiciales (el Congreso de los Diputados, el Sóviet Supremo, el presidente de la Federación Rusa y el Tribunal Constitucional)". Al encuentro entre Yeltsin y Jasbulátov, que se celebró después de la sesión, éste llegó más fuerte aún.

Mientras tanto, las encuestas más recientes muestran que, en caso de un plebiscito seguido de elecciones, las posibilidades de triunfo de Yeltsin son escasas, pues sólo el 23%, considera que éste representa los intereses de todo el pueblo.

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