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EL FUTURO DE EUROPA

España y el Reino Unido acercan posiciones ante la cumbre de Ed¡mburgo, sin descartar el fracaso

Lluís Bassets

Como gallos de pelea, británicos y españoles aseguran que "no pasa nada si no hay acuerdo en Edimburgo". "Hay muchas ciudades, días, semanas y meses por delante", aseguró ayer el secretario español de Estado para Europa, Carlos Westendorp, a mitad del Consejo de Ministros de Exteriores de la Comunidad Europea (CE). Todo el mundo sabe, sin embargo, que un naufragio en Edimburgo sería catastrófico para la CE. Por eso, además de los desafíos que confirman la fortaleza de cada posición enfrentada, hubo ayer también signos de acercamiento. El Reino Unido se prepara a mejorar su oferta sobre el presupuesto comunitario, cifrado en un 1,25% del PIB previsto para 1999, que se incrementaría en unas pocas centésimas.

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España, como muestra de ese mejor entendimiento, dice que la propuesta británica para deshacer el nudo danés "es una buena base de negociación". Los titulares de Exteriores se reunieron ayer en la primera de las cuatro reuniones destinadas a resolver la colección de dificultades recolectadas por la CE desde el pasado mes de junio, con la negativa danesa a Maastricht, hasta este pasado domingo, con la negativa suiza a ingresar en el Espacio Económico Europeo (EEE). Hoy, los ministros volverán a encontrarse en Consejo informal o cónclave para discutir precisamente del tema danés y de los polémicos conceptos de subsidiariedad y de transparencia.La solución al embrollo danés (cómo dar satisfacción a los daneses sin renegociar el Tratado de Maastricht y sin reconocer una Europa a la carta) es, a estas alturas, la clave que resuelve el enigma de Edimburgo. No hay muchas dudas de que el hallazgo, junto a un poco de generosidad británica con los presupuestos de la CE, significa asegurar el éxito en. la capital escocesa. "La propuesta sobre Dinamarca, tal como está, no es aceptable, pero es una buena base de negociación", aseguró Westendorp. Y añadió: "Nos preocupa que algunas de las fórmulas puedan dar lugar a una nueva ratificación del tratado. Nos preocupa también que no se ponga en peligro la igualdad entre Estados o se creen precedentes para otros países".

Respecto a la subsidiariedad, que también divide a españoles y británicos, Londres va a proponer la eliminación de una treintena larga de directivas y reglamentos, que versan principal mente sobre medio ambiente política social y laboral y consumo, por considerar que son obsoletas o significan una intromisión de la CE en la vida de los Estados. La Comisión Europea, por su parte, va a realizar también una contraoferta de eliminar algo más de 20 normas innecesarias para dar ejemplo de cómo mejorar la legislación comunitaria.

En cuanto a la negativa suiza al EEE, Westendorp reconoció que puede retrasar la ratificación del nuevo tratado, que debía entrar en vigor el 1 de enero próximo junto al Mercado Unico. El Congreso de los Diputados ha ratificado ya el EEE, pero es necesaria su aprobación por el Senado, y finalmente la entrega por parte de España de los documentos de ratificación. Distintas fuentes españolas han asegurado que, "aunque España cumple sus compromisos, la ratificación de la EEE no tiene por qué entregarse antes de que se despeje la ratificación de Maastricht".

Con la entrada en el EEE, Suiza se había comprometido a contribuir en un 26% a los fondos para cohesión del nuevo EEE (créditos blandos por valor de 2.000 millones de ecus, es decir, 280.000 millones de pesetas, durante cinco años) y abría sus fronteras a la libre circulación de trabajadores y su mercado a los productos agrarios mediterráneos españoles.

Reequilibrio sin Suiza

España pedirá un reequilibrio en este nuevo EEE sin Suiza en la conferencia diplomática intergubernamental que deberá decidir cómo seguir el camino de la integración de los otros países de la antigua Asociación Europea de Libre Comercio en el Mercado único. Uno de los temas centrales del Consejo de ayer, sin embargo, fue la petición de adhesión de Noruega y el primer debate sobre el marco general de las conversaciones de adhesión de los nuevos socios que están en la cola, uno de los cuales es precisamente Suiza, a la que oficialmente no se excluye que pueda adherirse, a pesar de que con el EEE ha rechazado el 80% de la legislación de la CE.

Respecto a las posibilidades de futura ampliación, el Consejo recordó una vez más el acuerdo tomado en la cumbre de Lisboa, que impuso como condición para empezar las negociaciones de adhesión que el Tratado de Maastricht hubiera sido ratificado y que el paquete Delors II fuera aprobado.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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