Aznar ataca a Pujol por su nacionalismo de "reivindicación permanente"
Apenas dos semanas después de cortejar a Jordi Pujol con un confuso ofrecimiento para que el líder nacionalista catalán encabezara un hipotético Gobierno conservador en España, el presidente del Partido Popular (PP), José María Aznar, cargó ayer en Barcelona contra los nacionalismos que practican "la ambigüedad, el doble lenguaje, el radicalismo estéril y la reivindicación permanente".Sin citar explícitamente a Convergencia i Unió ni a ninguna otra formación nacionalista catalana, el líder de la oposición conservadora llamó a los nacionalistas a ser "leales" a la Constitución y al estatut "para que Cataluña continúe siendo modelo de convivencia" para el conjunto de España.
"Que nadie juegue a debilitar España", advirtió Aznar ante 1.600 personas endomingadas y repeinadas que abarrotaban un céntrico cine barcelonés y que jalearon insistentemente a su líder al grito de "¡presidente, presidente!". Esta advertencia de Aznar resonaba en Barcelona apenas 48 horas después de que el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, destacase repetidamente en Santiago de Chile, donde fue recibido por el presidente Patricio Aylwin, que todas las reivindicaciones de los nacionalistas ante el Gobierno español se encuentran dentro de los márgenes de la Constitución.Contra la disgregación
El presidente de los populares, que celebró el aniversario de la Constitución en Barcelona en compañía de los principales dirigentes de su partido, abogó por un proyecto político "para toda España, no para fragmentos o pedazos del Estado español". José María Aznar apostó por el reconocimiento de la diversidad autonómica bajo el manto de la integración y no de la disgregación, y reiteró su compromiso de introducir mecanismos de corresponsabilidad fiscal en el Estado de las autonomías.
En su segunda visita a la capital catalana en menos de 15 días y en un acto de netas esencias preelectorales, Aznar esgrimió de nuevo la espada del cambio de Gobierno como única arma "para que España recupere la fortaleza".
El líder de la oposición conservadora acusó al Ejecutivo central de haber perdido la batalla de la competitividad económica del país en el marco europeo. "El Gobierno socialista es el principal obstáculo para que España se convierta en un país competitivo y fuerte", dijo José María Aznar. "Por eso hay que cambiar de Gobierno", añadió.
El presidente del Partido Popular se mostró ante su militancia "profundamente convencido" de que su partido gobernará España tras las próximas elecciones legislativas. "Y lo hará", señaló, "con decisión y desde el diálogo, en el centro y la razón, no desde el abuso y la exclusión". Aznar zanjó su discurso con su única alusión al presidente del Gobierno: "Para liderazgo excluyente ya está el de Felipe González".
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