Escándalo en EE UU por los comentarios racistas de la dueña de un club de béisbol
El comité ejecutivo de los dueños de clubes de béisbol trató ayer por primera vez el caso de Marge Schott, principal accionista del Cincinnati Reds, acusada de comportamiento racista. Schott ha reconocido públicamente que utiliza frases despectivas hacia determinados grupos étnicos, y que tiene en su despacho un brazalete con la esvástica nazi. Schott, de 63 años, se enfrenta a la sanción máxima, la suspensión de por vida para ejercer un cargo en el béisbol.La polémica estalló hace dos semanas cuando se hizo público un pleito judicial iniciado por un ex empleado, quien dijo que fue despedido por criticar las declaraciones racistas de Schott, que utilizaba palabras como Jap, nigger y money-grubbing Jew, para referirse de forma despectiva a japoneses, negros o judíos, respectivamente.
Desde entonces, Schott ha calentado la polémica con declaraciones todavía más fuertes. El domingo, en el diario The New York Times, Schott afirmó: "Hitler era bueno cuando comenzó, pero se pasó". Por otro lado, una ex secretaria de otro equipo, el Oakland Athletics, ha dicho que en una conversación telefónica con sus jefes Schott declaró: "Prefiero emplear a un mono entrenado antes que a un negro".
Schott, que se hizo accionista del club cuando falleció su marido, es de ascendencia alemana. Pero nunca antes había demostrado tendencias racistas y de hecho ficha a jugadores sin prejuicio alguno. Hace un mes nombró a un hispano, el cubano Tany Pérez, entrenador de los Reds.
La fama de Schott era la de una excéntrica de mal genio que no conocía el béisbol y que trata mejor a los perros que a sus empleados. Tiene una perra gigante de raza San Bernardo a la que deja correr libremente en el campo y en el vestuario durante los calentamientos antes de un partido, y no se preocupa si el animal estorba a los jugadores. Bajo su dirección, los Reds se han convertido en uno de los clubes más rentables del béisbol, con unos 35 millones de dólares (unos 4.000 millones de pesetas) en beneficios en los últimos tres años.
Varios ejecutivos de otros clubes han pedido la dimisión de Schott y se espera que la sanción se anuncie la semana próxima en una reunión de los propietarios. "Este caso es una vergüenza para el béisbol", declaró Douglas Danforth, uno de los socios del Pittsburgh Pirates. "No quiero dictar sentencia hasta que conozca todos los hechos, pero si es verdad lo que ha dicho, merece la horca", agregó Gene Autry, dueño del CaliforNia Angels.
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