Presentada en París la serie dé Carlos Fuentes 'El espejo enterrado'

La presentación en París de El espejo enterrado, la serie televisiva del escritor mexicano Carlos Fuentes sobre lo que él denomina "la cultura ibero-indo-afro-americana", permitió a Juan Luis Cebrián efectuar un llamamiento a un mayor compromiso de los poderes públicos españoles en la promoción de la cultura audiovisual en lengua castellana. "Los sucesivos Gobiernos centristas y socialistas de la democracia española han coincidido en regatear su apoyo al cine español", dijo Cebrián, sin que le contradijera el ex ministro de Cultura y guionista de cine Jorge Semprún, presente entre el público.

El acto se celebró en la noche del pasado jueves en la sede parisiense del Instituto Cervantes. Fuentes compartió la tribuna con el presidente de este organismo, Nicolás Sánchez Albornoz, y con los dos padrinos de El espejo enterrado: Cebrián, en representación de Sogetel, y Luis Yánez, presidente del Quinto Centenario.Una de las novedades de El espejo enterrado es, según Cebrián, el hecho de que Fuentes "hable con respeto de un personaje tan controvertido en México como Hernán Cortés, al que él presenta como un caballero del Renacimiento". El escritor mexicano respondió a ese comentario proclamando que escribió la serie dominado por "un espíritu de reconciliación".

En alusión a las tres hispanidades existentes, las de España, América Latina y Estados Unidos, Fuentes proclamó: "Somos íberos, celtas, griegos, romanos, árabes, judíos, indios, negros y, sobre todo, somos mestizos. Somos fieles a nosotros mismos cuando abrazamos al otro y no cuando lo empujamos".

Fuentes condenó el reciente asesinato en Madrid de una inmigrante latinoamericana e inscribió este siniestro suceso en el marco del ascenso de "la xenofobia, el racismo, el antiislamismo y el antisemitismo en España, Francia, Alemania, Italia y otros países europeos". "La caída del comunismo", sentenció, "no autoriza de ninguna manera el renacimiento del fascismo".

Otra sombra menos sangrienta que la de la violencia xenófoba pero también importante pesó sobre el acto: la debilidad de la producción audiovisual en lengua castellana. "Las pantallas de los televisires y de las salas de cine de la Península Ibérica y América Latina están inundadas de productos norteamericanos" dijo Cebrián. El consejero delegado de Prisa recordó que si hace apenas dos o tres décadas se producían en España unos 160 largomentrajes anuales ahora esa cifra apenas alcanza los 36.

Cebrián, que considera que en el modelo francés hay elementos para adoptar en España, subrayó que desea un apoyo de los poderes públicos para la cinematografía en lengua castellana "más político que económico". Se trata, sobre todo, de que el Gobierno apoye como ha hecho con la moda y otras actividades la presencia del cine español en los mercados de Europa y América Latina. La participación de Sogetel, empresa del grupo PRISA, en El espejo enterrado ascendió, según dijo Cebrián, a un millón de dólares. "Sabemos que no recuperaremos prácticamente nada de esa inversión pero no la hicimos por afán de lucro sino para contribuir a la conmemoración del V Centenario" explicó. No obstante aprovechó la ocasión para volver a reclamar la elaboración de una ley de mecenazgo. Luis Yañez aprobó ésta última idea y sugirió que esa ley de mecenazgo se inspire en la de beneficios financieros y fiscales que "tan buenos resultados ha dado en la promoción de las actividades culturales del 92".

El espejo enterrado ya ha sido emitida en España y Estados Unidos, y comprada por varios países europeos y latinoamericanos. Paradójicamente, en Francia, escenario de la presentación europea de la serie, ninguna cadena de televisión se ha interesado hasta ahora por este trabajo de Carlos Fuentes.