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Un hombre de 91 años asesina a su esposa, de 86, por celos

El juez de Arganda, el forense, el fiscal, la Comunidad de Madrid... Todos los que conocen el caso del anciano parricida se están devanando los sesos: no saben con certeza qué hacer ahora con él, si internarlo en una residencia de ancianos o devolverlo a los hijos, en caso de que éstos se comprometan a ser sus tutores. El anciano, cuyas iniciales son S. M. y que nació en 1901, acuchilló hace una semana a su esposa en casa de un hijo de ambos, en Arganda del Rey (26.000 habitantes), porque la había visto con un hombre que, según ha relatado el autor, le daba dinero.

De momento, el anciano está internado en el hospital Gregorio Marañón, a disposición del juzgado. A sus 91 años, S. M. decidió poner fin con un cuchillo de cocina a la vida de su compañera, de 86 años, con la que llevaba casado cerca de 70. Los celos pudieron con él. Su torpe movilidad física no le impidió acuchillarla varias veces y contemplar sus agónicos movimientos durante dos horas hasta que falleció.El suceso se produjo el pasado 18 de noviembre en Arganda del Rey. El anciano mantuvo una acalorada discusión con su esposa, mientras ésta pelaba unas patatas. Estaban solos en la cocina de la vivienda de un hijo de ambos. Algunas de las cuchilladas se las dio en zonas vitales.

El matrimonio se había trasladado a casa del hijo para pasar una temporada de vacaciones, aunque residía en un municipio rural cuyo nombre no ha sido facilitado.

Según fuentes que han tenido acceso al sumario que instruye el Juzgado de Instrucción número 2 de Arganda, el anciano, "pese a su gran torpeza y escasa. movilidad física, le clavó varias veces el cuchillo a su esposa, más agil y vivaz que él, aunque también presa de la lógica decrepitud".

Familiares del anciano han asegurado que las sospechas eran del todo infundadas. En absoluto ella había dado motivos a su marido para que éste, presa de un ataque de celos, decidiera acabar con ella.

Tras ser detenido, el anciano admitió que actuó por celos, porque su mujer lo engañaba, según las citadas fuentes. Incluso ha confesado haber visto a un hombre -al que identifica con nombre y apellidos- dar dinero a su esposa para, según él, acostarse con ella. "Desde luego, debe sufrir un problema mental", asegura un psiquiatra consultado por este periódico.

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"Ahora querría morirse"

El anciano, que ahora se encuentra internado para su exploración en el área de psiquiatría del hospital Gregorio Marañón, actuó "consciente de lo que hacía: sufre un trastorno, pero loco no está", revelan fuentes jurídicas. "Seguro que ahora desea que lo maten, morirse, pues es consciente de lo que ha hecho, aunque aparentemente no está arrepentido", añaden.En casa del hijo el ambiente familiar era de cordialidad hacia los padres. "Estaban muy arropados".

Alfredo Carcedo, jefe del área de psiquiatría del Gregorio Marañón, no confirmó ni desmintió ayer que S. M. esté o haya estado hospitalizado en su centro.

¿Qué se puede hacer con él? Las leyes españolas impiden que una persona de esa edad, sea por el motivo que fuere, pueda ser ingresada en una prisión. Lo normal es que se le lleve a una residencia de ancianos o que quede en libertad bajo la tutoría de los hijos.

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