Volver a las raíces
EL PAÍS del 3 de noviembre acumula, seguramente sin darse cuenta, nada menos que tres noticias que son dignas de figurar en un prólogo complementario en una hipotética reedición de El capital si su autor estuviese vivo.En la página 47, las medidas que propone el Gobierno alemán para combatir la crisis (recortes a las subvenciones a la minería y a los fondos de pensiones") ; en la página 49, las "teorías" de la Moody's sobre los males de la economía española, con la rigi
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dez del mercado laboral como "debilidad fundamental", y en la página 50, las declaraciones del guru Henry Kaufinan, que ve en la llegada de mano de obra barata del Este de Europa, África y América Latina a los países desarrollados la solución a la crisis. Agotada la "teoría económica" basada en las oscilaciones entre la "propensión a consumir" y la 11 propensión al ahorro", que dio fundamento al keynesianismo; agotado ya también el juego malabar de las medidas monetarias, fiscales y crediticias, que hoy chocan entre sí sin otro resultado que el de haber dado paso a una generación de especuladores" sin parangón en la historia; y, en vista del éxito obtenido por la política de privatizaciones de la señora Thatcher, avanzadilla de un modelo más bien escalofriante: ¿qué queda? Al parecer, lo que se nos presenta ahora es volver humildemente a las raíces y ,proclamar la necesidad de apropiarse de una mayor parte de la masa de plusvalía para aumentar la tasa de beneficios y dar un nuevo impulso a la acumulación de capital. Pero, naturalmente, .no con ese lenguaje, por favor, que Marx tiene que continuar siendo una reliquia-
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