Lo que une y lo que separa
Las diferencias entre la Iglesia católica y la anglicana de Inglaterra, que tienen el mismo credo, se centran sustancialmente en cuestiones de gobierno. Tras el cisma, ocurrido en 1534, con la promulgación del Acta de Soberanía durante la monarquía de Enrique VIII, la Iglesia católica mantuvo su sistema de gobierno jerárquico, de corte monárquico. En cambio, la Iglesia de Inglaterra adoptó un sistema de gobierno sinodal integrado por las tres cámaras -prelados, clérigos y laicos-, que votaron el pasado día 11 a favor de la ordenación de las mujeres como sacerdotes.La Iglesia de Inglaterra, cuya gobernadora o cabeza es la reina y cuyos pastores pueden casarse, tampoco reconoce la supremacía del Papa de Roma. Por ello, tampoco aceptan los dos dogmas de fe, el de la Inmaculada Concepción y el de la Asunción de María, establecidos después del Concilio de Trento por papas de la Iglesia católica, según explica Manuel Alcalá, especialista en temas ecuménicos.
Las diferencias en cuanto a los sacramentos no son profundas, pese a que la Iglesia de Inglaterra sólo reconoce como tales a dos: el bautismo y la eucaristía. Los otros cinco sacramentos de la Iglesia católica -confirmación, penitencia, ministerios, matrimonio y unción de los enfermos- son establecidos a partir del Concilio de Trento, por lo que los anglicanos no los excluyen. "Son considerados como medios de salvación", explica Alcalá.
La Iglesia anglicana permitió acceder ya al diaconado a las mujeres en 1986, pudiendo bautizar, casar y enterrar. Los únicos servicios que tenían prohibidos eran la eucaristía, la absolución y la bendición. Ahora, unas 1.300 mujeres diáconos esperan ser ordenadas sacerdotes en 1994. Una cuestión en la que, por ejemplo, la Iglesia anglicana de Estados Unidos está más avanzada: Bárbara Harris era promovida a obispo en 1988, circunstancia que motivó ya las críticas de Juan Pablo II.
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