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El ex obispo de Londres solicita pasarse con sus fieles a la Iglesia de Roma

Enric González

El cisma en la Iglesia anglicana ya casi es un hecho. Graham Leonard, ex obispo de Londres y el más prestigioso jerarca conservador entre los anglicanos, anunció ayer su propósito de rogar a la Iglesia católica romana que le acoja, junto con todos aquellos que quieran seguirle. Leonard se opone radicalmente a la ordenación sacerdotal de mujeres, aprobada hace una semana por el Sínodo anglicano, y confía en que el Vaticano le permita ejercer una prelatura personal similar a la que disfruta el Opus Del. El ex obispo de Londres pidió al cardenal Hume, primado católico de Inglaterra, que le diera instrucciones.El obispo Leonard señaló, en un artículo publicado por la revista Catholic Herald, que los anglicanos escindidos podrían formar un grupo semiautónomo, gracias a la prelatura personal, con la liturgia y la jerarquía anglicanas pero dentro del catolicismo romano y bajo la autoridad del Papa. "No pedimos autorización para mantener el ministerio anglicano, sino que se nos reconozca entre aquellos que aceptan el magisterio de la Iglesia romana y están en comunión con la Santa Sede", explicó.

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La viabilidad de la propuesta del obispo Leonard, que hasta el año pasado ocupó, como obispo de Londres, el tercer lugar en la jerarquía anglicana, depende por completo del papa Juan Pablo II. Sin embargo, Leonard declaró al Catholic Herald que había "discutido la posibilidad, en privado, con una personalidad muy alta de la Iglesia católica, la cual me indicó que la iniciativa no sería recibida con frialdad por el Vaticano".

El archidiácono de York, George Austin, tradicionalista como Leonard pero sin intención de abandonar el anglicanismo, se mostró ayer desolado por las perspectivas de cisma. Austin dijo a la BBC que la Iglesia anglicana estaba "en una situación desesperada, mucho más desesperada de lo que cualquiera de nosotros podía imaginar cuando se aprobó (la ordenación femenina) o cuando discutimos previamente la reforma". "Lo que más me sorprende", añadió, "es la firmeza de la gente en no aceptar esto (la ordenación femenina) y la sensación de orfandad, como si nos hubieran arrebatado nuestra Iglesia".

Marcharse en masa"

George Austin no quiso aventurar un cálculo sobre el número de fieles anglicanos que podrían pasarse al catolicismo romano. Opinó, sin embargo, que era mejor "marcharse en masa, con dignidad, para que resulte claro que se van de una Iglesia que ya no es la suya". Respecto a las dificultades de integración dentro del catolicismo romano, destacó el problema de los sacerdotes casados: "Ahí habrá un problema. Algunos sacerdotes anglicanos que se han pasado individualmente al catolicismo en los últimos años han podido mantener su matrimonio y su ordenación, pero sin dirigir parroquias. Una integración masiva plantearía dificultades al Vaticano".

Una de las condiciones que exigiría a Roma el grupo cismático, según el artículo del obispo Leonard, sería el reconocimiento parcial de los rangos Y ritos: "Los ministros anglicanos no pueden repudiar completamente todo lo que han dicho y hecho, como si su tarea anterior no significara nada". Leonard especificó, sin embargo, que su grupo "no debe convertirse en una secta. En eso se ha convertido, de hecho, la Iglesia anglicana, a causa de su acción unilateral".

Identidad anglicana

Leonard pidió a sus fieles, a través de la publicación católica, que mantuvieran la calma y reflexionaran. "La reforma tardará 12 meses en entrar en vigor. Hay tiempo para pensar y para evitar precipitaciones", escribió.

También recomendé, que el establecimiento de relaciones con el Vaticano se afrontara "como súplica, sin presunción, preguntando solamente si puede hallarse una fórmula que preserve nuestra identidad anglicana en comunión con la Sede de Pedro. No creo que esté en nuestras manos el sugerir que puede conseguirse. Sólo podemos tener fe y rezar para que el Vaticano y la jerarquía católica romana en Inglaterra miren con simpatía nuestro ruego".

El ex obispo de Londres expresó su intención de solicitar una audiencia al arzobispo de Westminster y primado católico de Inglaterra, cardenal Hume, "para que me diga qué debo hacer a partir de este momento".

Geoffrey Kirk, portavoz de la organización tradicionalista anglicana Cost of Conscience, que agrupa a 4.000 clérigos, declaró al Dady Telegraph que si Leonard "consigue organizar una prelatura personal, supondría una solución para las conciencias de muchas personas".

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