El Gobierno italiano propone el cierre de numerosas empresas públicas y la venta de otras

El Istituto per la Ricostruzione Industriale (IRI), el mayor de los grupos públicos italianos, que cerrará el presente ejercicio con unas pérdidas previstas de casi dos billones de liras (más de 160.000

millones de pesetas) sufrirá una drástica simplificación estructural" subsiguiente a la liquidación de muchas de las empresas que lo integran en este momento y de la privatización total de otras sociedades.Eni y Enel, los otros dos grandes entes del Estado italiano, centrados, respectivamente, en el sector petroquímico y en el de la energía eléctrica, con resultados económicos positivos en ambos casos, conservarán una mayor relevancia, tras la reestructuración prevista en el plan de privatizaciones hecho público el pasado sábado por el Gobierno que preside el socialista Giuliano Amato.

El detalle de dicho proyecto fue conocido sólo ayer, a través de un libro verde elaborado por el Ministerio del Tesoro.

Dicho libro "no forma parte integrante del plan", aunque "lo complementa", y tiene, pues, el carácter ambiguo de una declaración de intenciones sobre una propuesta ya conflictiva, que el pleno del Gobierno no debatirá hasta después de que se pronuncie el Parlamento, a mediados del mes de diciembre. Refleja, en cualquier caso, los deseos ideales de Amato y de su ministro del Tesoro, Piero Barucci.

Sectores en crisis, como son el de la construcción naval, la siderurgia y cierta ingeniería serán los más afectados por la reestructuración anunciada. Así, el libro verde prevé dejar un solo astillero de Fincantieri para la producción militar, la reducción progresiva de la construcción civil de barcos y la cesión al sector privado de todos los astilleros de reparaciones.

La empresa siderúrgica Ilva podría llegar hasta la liquidación total, si no se le encuentra un socio mayoritario extranjero, y el mismo futuro, expuesto como "redimensionamiento sustancial" se cierne sobre Iritecnia, el complejo para nuevas tecnologías del IRI.

Venta total

Giuliano Amato trata, además, de reducir de modo considerable las empresas potencialmente rentables del gran grupo industrial público.

Así, propone la venta total del grupo alimentarlo SME, para obtener unos ingresos que, como todos los proporcionados por la reestructuración del Istituto per la Ricostruzione, irían a sanear las finanzas de este ente -lastrado por una deuda de 70 billones de liras- y no a engrosar las arcas del Tesoro. La sociedad Finmeccanica deberá renunciar de plano a la asociación que mantiene en Francia con la compañía SGS-Thompson, para la aérea Alitalla se busca socio, posiblemente extranjero.

Por lo que respeta al ENI, el libro verde plantea que el ente se limite a la actividad estrictamente petroquímica, en la que el sector público italiano mantendrá, en cualquier caso, una participación relevante.

Empresa.s de otra orientación integradas en el grupo público, como la Agip Coal, la editora de periódicos Sogedit y segmentos de la potente Enichem interesados en fibras y otros productos, serán vendidos. Otros, como Enichern Agricultura, se liquidarán por ser considerados irrecuperables. Italgas podría también ser vendida totalmente.

El plan, que también prevé la salida total del IRI del sector bancario y la reducción de la participación estatal en la Banca Nazionale del Lavoro, apenas habla del futuro del Enel ni de la Stet, una importante empresa del sector de las telecomunicaciones.

Endeudamiento

El Ejecutivo se compromete, por otra parte, a limitar la capacidad de endeudamiento de los entes públicos en concomitancia con este plan de privatizaciones, que incluye medidas de capitalismo popular, como son beneficios fiscales para las acciones que sean privatizadas o la posibilidad de adquirirlas cambiándolas por títulos de la deuda pública.

El plan de privatizaciones del socialista Giuliano Amato, poco explícito en materia de objetivos recaudatorios, así como en los plazos de aplicación del mismo, ha sido inicialmente valorado como insuficiente por la Confindustria.

Como el Fondo Monetario Internacional (FMI), la patronal italiana afirma que el plan sólo tendrá éxito si se lleva a cabo en un breve plazo de tiempo. Los sindicatos lo rechazan de plano, en cambio, por la amenaza que representa para el empleo.