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El PP apruéba unos presupuestos municipales en los que marca su oposición 14,11 Gobierno central

Javier Casqueiro

El concejal de Hacienda del Ayuntamiento de Madrid, Fernando López Amor, tiene una fijación con la política marcada en el Gobierno central por el ministro de Economía, Carlos Solchaga. Así lo demostró ayer en el pleno en el que se aprobaron -con los únicos votos favorables del Partido Popular- los presupuestos municipales para 1993, con una cifra consolidada de 329.947 millones de pesetas. López Amor basó su defensa ante las feroces críticas de la oposición por recortar las inversiones en culpar de todos los males madrileños -sociales, ciudadanos e institucionales- a otras administraciones.

Los referentes del discurso del concejal de Hacienda -63 folios- fueron literal y mayoritariamente los siguientes: lord Keynes, Descartes, Franz Fanon, Michel Rocard, Dios, Barcelona, Solchaga, las comunidades autónomas, el Estado del bienestar, González y la convergencia europea. Además, aludió a algunas cosas de Madrid, sobre todo a los agravios comparativos recibidos de las administraciones central y autonómica durante el decenio socialista.La primera perla concreta de su exposición empezó por recordar que los presupuestos municipales para 1993 "pueden y deben ser definidos como técnicamente ,bastante avanzados, pero no desde luego como novedosos y revolucionarios". La razón, simple: "Mantienen unas líneas de actuación, unos principios coherentes con los de 1992, que se resumen en congelación fiscal con moderación recaudatoria, disminución de los gastos burocrático-administrativos de funcionamiento y mantenimiento de unos fuertes volúmenes de inversiones, aproximadamente una de cada cinco pesetas".

Los portavoces,de Izquierda Unida y del PSOE centraron muchas de sus críticas a los presupuestos del PP en fallos técnicos y jurídicos, en el recorte de las inversiones en más de 20.000 millones y en desmentir el argumento de la congelación fiscal.

Las críticas de la oposición

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López Amor se mostró convencido de que "los madrileños valorarán positivamente que su Ayuntamiento se autolimite en su gasto burocrático, predicando con su ejemplo de austeridad, que otros piden a los ciudadanos y no son capaces de establecerla con criterio y conducta para ellos mismos". La rebaja en el gasto público municipal la cifra el PP en 21.000 millones.

El PSOE e IU propusieron entre sus modificaciones eliminar gastos superfluos -proyecto de la plaza de Oriente, operación asfalto- y abandonar el desmesurado optimismo de Gerencia de Urbanismo en sus previsiones de venta de suelo.

"Nuestra filosofía presupuestaria", dijo también López Amor, "no se fundamenta en la igualdad -solamente somos iguales ante la ley y los creyentes ante Dios- instrumentada a través de los mecanismos perversos de subvenciones sin control, sino en un liberalismo solidario con los que Franz Fanon denominaba los olvidados de la tierra".

La oposición recordó que uno de los ajustes más duros se ha cebado en la Concejalía de Servicios Sociales y sobre programas como el del Instituto Municipal de Empleo y Formación, para el que el PP aceptó una enmienda de 1.000 pesetas.

López Amor enumeró a continuación una serie de ventajas comparativas entre la actuación municipal y la estatal con los dineros de los madrileños. Según este edil, el Ayuntamiento dedica el 7,15% de su presupuesto a posibilitar el acceso a la vivienda, y el Estado, el 0,4%. En transportes e infraestructuras, la relación la fijó en un 18% y un 16% a favor del municipio frente a un 1% y un 3% para el Gobierno central.

El Ayuntamiento aumentará en 23.900 millones los ingresos en, 1993 con operaciones de crédito y destinará para gastos de intereses y amortizaciones de préstamos 34.921 millones, lo que López Amor reconoció como una cantidad elevada, aunque lejos del 25% que permite la ley sobre los ingresos corrientes. El edil la calificó también de "excesiva y no excesiva". Lo primero, porque entiende que "resulta vergonzoso a estas alturas de la década tener que enfrentarse con los tipos de interés tan elevados como los que se dan en nuestro país". Lo segundo, porque "este Ayuntamiento tiene recursos técnicos y financieros suficientes para asumir esa carga".

El conjunto de la deuda por habitante en Madrid, según López Amor, es de 815.000 pesetas y se reparte así: 668.000 el Estado, 91.000 la Comunidad y 56.000 el Ayuntamiento. El Estado, siempre sobre datos de este concejal, reinvierte 14.000 pesetas, la Comunidad, 13.900, y los últimos gobiernos municipales de centro-derecha, 29.000.

La oposición defendió sus 976 enmiendas (786 el PSOE y 190 IU) pero sólo consiguió que se considerasen 23; siete, del PP.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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