Los panameños deciden en referéndum sobre la disolución del Ejército

El presidente de Panamá, Guillermo Endara, corre el riesgo de perder hoy el referéndum que su propio Gobierno ha convocado para la aprobación o no de una serie de reformas constitucionales que estima necesarias para el país, entre las que figura la abolición definitiva de cualquier forma de ejército. Endara, que tiene todas las encuestas en su contra, ha contado en su campaña para el referéndum con el apoyo moral y económico de EE UU.

Esta consulta no enfrenta a partidarios o no del militarismo en Panamá, discusión casi inexistente en el país. La única estructura militar que tenía Panamá fue abolida de hecho en diciembre de 1989, cuando las tropas estadounidenses que invadieron el país aniquilaron a la Guardia Nacional que comandaba el general Manuel Antonio Noriega, hoy preso en EE UU.El referéndum ha sido entendido por la población como una consulta para evaluar la gestión de un Gobierno cuyo mandato expira en 1994, acusado en los últimos meses de ineficacia y corrupción.

Los partidarios del sí son el Gobierno y la Democracia Cristiana, cuyo líder, Ricardo Arias Calderón, ha sido el artífice de las reformas. Contra ellas se ha creado un frente cívico que aglutina a prácticamente todos los inteletuales del país, la mayoría de sus profesionales, las clases populares, los partidos de izquierdas y un conjunto de sectores descontentos por diferentes motivos.

Este frente aboga por el no porque pretende, más que reformar la Constitución existente, que data de 1972, provocar unas elecciones que desemboquen en una asamblea constituyente. Sus dirigentes, entre ellos los abogados José Alberto Álvarez e Italo Antonori, estiman que deben ser los nuevos legisladores de esta pretendida asamblea constituyente los que les den al país una Constitución distinta que sustituya a esta otra, varias veces remendada, que tiene su origen en el mandato del general Omar Torrijos.