Sólo uno de cada 10 ciudadanos cree que el Gobierno administra bien el dinero de los impuestos
Sólo el 9% de los ciudadanos españoles (o uno de cada 10) considera que el Gobierno administra bien o muy bien el dinero que recauda con los impuestos, mientras que un 82% de éstos (cuatro de cada cinco) considera que la administración es regular, mala o muy mala. Esta sensación de que el Gobierno gestiona mal los fondos que aportan los ciudadanos con sus impuestos es uno de los resultados más llamativos de la encuesta anual que realiza el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) sobre la reacción de los españoles, ante el pago de impuestos.
Junto a esta creencia de que hay una mala gestión del dinero público, la encuesta sobre impuestos que realiza anualmente el CIS -por encargo del Gobierno- concluye que los ciudadanos creen que hay cada vez más fraude fiscal, que no se declaran todas las rentas, y que, a pesar de todo, se pagan muchos impuestos. La encuesta desvela además que los españoles consideran insuficientes los fondos destinados a las dos políticas que consideran prioritarias: enseñanza y sanidad.La preocupación que muestran los ciudadanos encuestados por el CIS para que se gaste más -y no se recorte nada- en enseñanza y sanidad supera, incluso a la valoración de los fondos destinados a las pensiones y a la protección al desempleo. Los encuestados definen su opinión sobre estas materias en dos preguntas, que son ya tradicionales en el cuestionario del CIS sobre impuestos. Primero se les pide opinión sobre si el dinero destinado a 10 políticas de gasto es demasiado, lo justo o demasiado poco. Después se les pregunta si están a favor o en contra de recortar prácticamente los mismos programas.
La respuesta a ambas coloca a la enseñanza y la sanidad en el primer puesto dentro de las prioridades de los españoles, mientras que el último queda para defensa. Es decir, el 61% de los ciudadanos estarán a favor de recortes en defensa y exactamente la mitad cree que, en la actuafidad, se gasta demasiado en ese departamento.
Las pensiones y el desempleo ocupan un segundo lugar en las preocupaciones de los ciudadanos, pero ya cercano a cuestiones más generales como el medio ambiente, la vivienda, la Justicia o las obras públicas.
Estado del bienestar
Junto a este orden de prioridades, la encuesta muestra el protagonismo que los entrevistados conceden al Gobierno a la hora de velar por el bienestar colectivo. El 58% de los ciudadanos (es decir, tres de cada cinco) considera que "el Gobierno es el responsable del bienestar de todos y cada uno de los ciudadanos y tiene la obligación de ayudarles a solucionar sus problemas".
Este porcentaje es, además, creciente, pues en la misma encuesta de hace un año el porcentaje que optó por semejante respuesta fue de un 55%. A cambio, sólo el 18% (menos de uno de cada cinco) defienden que "los ciudadanos son los verdaderos responsables de su propio bienestar y tienen la obligación de valerse por sí mismos para solucionar sus problemas".
Tal protagonismo a los poderes públicos no implica, sin embargo, que se considere justa la presión fiscal actual. De hecho, el 77% de los ciudadanos cree que se paga mucho en impuestos, mientras que sólo el 68% optó por esa respuesta en 1991, y el 75% cree que los impuestos no se cobran con justicia. El destino de esos impuestos, según la mitad más dos de los encuestados, es la financiación de servicios públicos, mientras que sólo uno de cada diez cree que los tributos sirvan para redistribuir mejor la riqueza en la sociedad.
Mala administración
El problema -según la encuesta- es que los fondos recaudados no se administran bien. Junto a esta consideración, nueve de cada 10 españoles (uno 88%) opinan que "los servicios públicos serían mejores si el Estado administrase mejor el dinero que recauda". A cambio, sólo uno de cada cinco (un 22%) aceptaría un aumento de impuestos para financiar mayores servicios públicos.
Puestos a subir impuestos, los encuestados consideran menos molesta una subida de los impuestos especiales que gravan el tabaco y el alcohol. A cambio, los impuestos que más duelen al bolsillo de los ciudadanos son el IVA y el impuesto sobre la renta (IRPF). A la pregunta de cuál es el tributo que más le disgustaría si subiera, los encuestados señalan a estos dos impuestos, para matizar a continuación que es más molesta incluso una subida del IVA que del IRPF.
Esta respuesta tiene una explicación lógica. El CIS ha realizado esta encuesta entre ciudadanos mayores de edad (con más de 18 años), sin discriminar si están obligados o no a presentar la declaración del impuesto sobre la renta. De hecho, sólo el 68% responde que ha presentado tal declaración sobre los ingresos de 1991, y el 66% añaden que también la presentaron el año pasado, respecto a los ingresos obtenidos en 1990. Es difícil, en principio, extrapolar de esta respuesta una medida del fraude, toda vez que muchos de estos ciudadanos pueden estar inactivos (es decir, no buscan trabajo), jubilados con una pensión reducida, o parados. Con todo, una medida indirecta de ese fraude puede ser que, a lo largo de los últimos años, ha aumentado el porcentaje de ciudadanos que responden haber realizado la declaración sobre la renta.
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