Una semana decisiva para el desbloqueo

La Comunidad Europea y Estados Unidos se enfrentan esta semana al reto decisivo de desbloquear las ahora rotas negociaciones de la Ronda Uruguay del GATT. Las reuniones de Bruselas, hoy, y Ginebra, mañana, serán determinantes para este desbloqueo, pero el impulso decisivo debe venir de Washington, pues de ahí viene también la amenaza de sanción.No en vano, el ministro de Comercio francés ha señalado que "cuando una negociación entra en vía muerta y no se encuentra la salida porque los negociadores no se ponen de acuerdo, resulta extremadamente sorprendente que la solución pase por que una de las partes esgrima una vara con la que golpear a la otra".

La utilización de esa vara -el anuncio de sanciones comerciales unilaterales desde EE UU hacia la Comunidad Europea- cuenta con el rechazo, no sólo del perjudicado directo sino también del propio GATT, toda vez que este organismo multilateral desautorizó el miércoles las sanciones propuestas por Washington.

Los 108 países miembros del GATT analizarán el martes en Ginebra cuál debe ser la respuesta conjunta ante la decisión de EE UU de mantener su amenaza. Esa reunión se enfrenta, de momento, a dos escenarios: que hoy triunfe la tesis francesa y la CE anuncie sus medidas de réplica o que, como pretende Alemania, la Comunidad quede como el claro agredido y también como el negociador con más voluntad de reanudar el diálogo.

Reacción verbal

La reacción del GATT ante EE UU depende claramente del resultado de la reunión de hoy. En cualquier caso, la respuesta será puramente verbal, toda vez que el GATT sólo puede imponer sanciones a uno de sus miembros si así lo acuerdan todos los países miembros, y Washington vetaría una opción de este tipo con más rapidez y rotundidad incluso que la Comunidad hizo con la petición estadounidense el miércoles.

Descartada la posibilidad de sanción, lo más positivo que todas las partes podrían hacer es fijar una fecha para reanudar las conversaciones bilaterales entre Estados Unidos y la Comunidad, con el objetivo de desbloquear, de una vez por todas, unas conversaciones que quedaron encalladas en diciembre de 1990 en Bruselas. Desde entonces, la Ronda Uruguay, como tal, está paralizada.