_
_
_
_
Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Briosa facundia

Miembro de la segunda Escuela de Vallecas y seleccionado en el salón de la Academia Breve de Crítica de Arte, Álvaro Delgado (Madrid, 1922) no sólo ocupa un lugar preminente en la historia del arte español contemporáneo, sino que hoy, cuando está próximo a cumplirse el medio siglo dede que realizara su primera exposición en la galería Clan, continúa con pleno entusiasmo en la brecha.A las pruebas me remito: acaba de presentar una exposición en la que se reúne una selección de los cuadros que ha pintado durante los últimos cinco años y, de entrada, uno se queda pasmado ante la cantidad, versatilidad y frescura de toda la obra que se exhibe ante nosotros.

Por de pronto, la cantidad, a determinada altura de la vida de un pintor, es ciertamente un signo de brío e Ilusión, pero que, además, genera particulares expectativas, ya que, cuando se ha doblado la esquina de la existencia y se ha logrado todo tipo de reconocimiento, se suele producir una mayor libertad creadora, ya que el artista hace lo que hace sobre todo para sí mismo. En este sentido, si asombra lo mucho que ha pintado últimamente Álvaro Delgado, todavía más la facundia, casi libertina, con la que ahora se expresa, naturalmente bien arropada por la mucha experiencia que tiene en el oficio.

Álvaro Delgado

Galería Espalter. Marqués de Cubas, 23, Madrid. Hasta el 30 de noviembre de 1992.

Colores encendidos

No se trata, evidentemente, de que ahora Alvaro Delgado nos vaya a sorprender haciendo cosas de fondo diferentes a las que han sedimentado su personalidad artística, pues sigue con sus encendidos colores y su vibrante gestualidad expresionista, así como con su hábil versatilidad para moverse a gusto entre los más diversos géneros, el paisaje, el bodegón, el retrato, el desnudo. Pero todo ello cobra actualmente esos acentos más atrevidos, a veces casi insolentes, que actualizan al movimiento fauve de antaño aproximándolo a las vanguardias expresionistas posteriores, como la violenta del grupo Cobra, lo que, por otra parte, entra bien en consonancia con su antigua admiración por Rembrandt.Junto a licencias de factura que le permiten utilizar fotografías pegadas y otras formas de collage pictórico, todo esto proporciona una brillantez al conjunto, que se torna emocionante en determinados paisajes y fuertemente sensual en ciertos episodios carnales.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_