Señores diputados, justicia!
Todo el mundo sabe que una ley de posguerra decidió congelar las rentas que los inquilinos pagaban a los propietarios de sus pisos o locales de negocios. Se reconoce que fue un colosal privilegio que el franquismo concedió a una parte de la sociedad española: a los inquilinos, y por varias generaciones, les tocaría la lotería todos los meses, porque para sus arrendamientos ¡no subiría la vida! A costa de los caseros, claro es. ¿Hay quién dé más?Todos también sabemos que vino la democracia. Y que se promulgaron leyes tan novedosas como las del divorcio o el aborto. Y se produjo el ingreso de España en la OTAN y en el Mercado Común. Y se celebraron en nuestro país unos Juegos Olímpicos y una Exposición Universal. Y el litro de gasolina llegó a los 20 duros..., pero ahí continúan los alquileres congelados. ¡Aquí no pasa nada!
Eso sí, la Constitución vigente asegura que todos los españoles son iguales ante la ley y que estamos en un régimen de economía de mercado libre.
Por todo eso, y cuánto más, ¿será posible, señores diputados, que la tantas veces prometida y tan largamente esperada nueva ley de arrendamientos urbanos haga posible el mantenimiento de las increíbles situaciones de injusticia, incluso de afrentas al sentido común, que la vieja ley estableció y sigue protegiendo? Los propietarios ¿tendrán que seguir casados con sus inquilinos por muy envenenadas que estén las relaciones? ¿Será posible una mínima actualización de rentas, para cuando menos cubrir gastos generales e impuestos?
Pedir justicia ¿será mucho pedir, señores diputados?-
Vocal de la Asociación para la Defensa de la Propiedad Inmobiliaria.
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