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Los periodistas catalanes exigen que los consejos de los medios públicos reflejen el pluralismo social

Milagros Pérez Oliva

El II Congreso de Periodistas Catalanes, que ha reunido en Barcelona a más de un millar de profesionales, proclamó ayer formalmente el Código Deontológico de la profesión periodística, el primero que se adopta en España, y reclamó en contrapartida a los poderes políticos que los consejos de administración de los medios de comunicación públicos reflejen la pluralidad social, y la regulación de la objeción de conciencia y el secreto profesional. El vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, destacó que la existencia del código ético permitirá distinguir los medios serios de los que no lo son.

Narcís Serra quiso resaltar, según dijo, con su presencia la importancia que atribuye a la aprobación del primer código deontológico de la profesión periodística. "Una sociedad democrática necesita una prensa libre y responsable. Y esta exigencia social no puede ser garantizada únicamente por medios legales y, menos aún, aplicando mecanismos coercitivos que amenazarían la libertad de expresión".Serra felicitó a los periodistas catalanes por la iniciativa y manifestó su deseo de que se extienda al resto de España: "La aprobación de este código deontológico puede tener", dijo, "un efecto muy beneficioso: habrá profesionales y medios que adoptarán estos criterios, y habrá otros que no lo harán. Más aún, habrá profesionales y medios que, habiéndolos adoptado, los cumplirán, y otros que no lo harán. Será posible, pues, distinguir entre la prensa seria y la prensa amarilla y se hará más difícil generalizar y atribuir una presunta mala fe al conjunto de los profesionales. La credibilidad de los medios serios se verá, por tanto, reafirmada".

Responsabilidad

La adopción de un código ético significa, según manifestó Josep Pernau, decano del Colegio de Periodistas de Cataluña, que los informadores asumen su responsabilidad pero la tarea debe completarse con la adopción del código por parte de las empresas editoras y con la creación de una comisión de seguimiento que garantice su cumplimiento.Josep Pernau hizo entrega formal del texto a Luis Apostua, en tanto que presidente de la Federación de Asociaciones de la Prensa de España, para que lo transmita a todos los asociados. "Nos gustaría" le dijo, "que este código fuera el motor de una corriente de autoexigencia que se extendiera por todo el país".

El congreso adoptó los principios que deben regir la actividad periodística pero los congresistas estiman que el reforzamiento de la democracia y la plena libertad de información exigen además otros requisitos. Al respecto, la primera conclusión del congreso fue "constatar la existencia de prácticas de censura en todos los medios, públicos y privados, y en las instituciones en las que trabajan periodistas", a las que contribuye el alto índice de precariedad laboral que se observa en el sector.

Frente a esta situación, los congresistas reclamaron, entre otras medidas, la regulación de la objeción de conciencia y el secreto profesional reconocidos en la Constitución, la reforma de los actuales consejos de administración de los medios públicos y la adopción de estatutos de la redacción en todas las empresas periodísticas.

El congreso declaró "imprescindible garantizar que los consejos de administración fijados por ley en todos los medios públicos representen el pluralismo social y dejen de ser un mero reflejo de la composición de las cámaras respectivas".

Las mujeres, discriminadas

Los congresistas hicieron especial énfasis en que la adopción del Código Deontológico implica necesariamente el compromiso de adoptar un estatuto de la redacción que proteja los derechos profesionales del periodistas y regule sus relaciones con la empresa. En la misma dirección se orienta el acuerdo para crear un sindicato profesional unitario.El congreso constató asimismo un retroceso en la situación laboral y profesional de las mujeres "a pesar del aumento de su presencia en los medios audiovisuales" por lo que pidió medidas de acción positiva por parte de las empresas para que las mujeres "puedan hacer valer su profesionalidad en igualdad de condiciones".

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