El botulismo causó la muerte de aves en Doñana, insiste un experto de la Junta

Antonio Gasca Arroyo, director del Laboratorio de Sanidad Animal de Córdoba, dependiente de la Junta de Andalucía, criticó ayer la "falta de rigor" científico de algunas de las pruebas y conclusiones obtenidas por el doctor Manuel Repetto, director del Instituto Nacional de Toxicología de Sevilla, en los informes aportados como pruebas en el juicio que se sigue por la mortandad de aves ocurrida en el entorno de Doñana durante 1986.

El informe de Repetto, en el que fundamentalmente se basa la acusación, determina el origen de la catástrofe en el envenenamiento por pesticidas organofosforados empleados por los arroceros. Gasca sostuvo en su comparecencia que, pese a que no encontró en sus análisis indicios de botulismo en las muestras de aves que investigó, la mortandad se debió a esta enfermedad, que calificó como "una intoxicación pura de origen biológica".

Gasca Arroyo, experto en patología de la avifauna de Doñana, afirmó en la vista que el informe de Repetto parte de un "error garrafal" al tomar como referencia para determinar el comportamiento de la enzima acetilcolinesterasa, los parámetros obtenidos en dos aves de granja compradas en un huerto. La citada enzima reacciona a la acción de los organofósforados bloqueando la actividad nerviosa de las aves.

Asimismo, Gasca Arroyo desestimó el estudio reflejado en el informe de toxicología sobre la toxina botulínica del tipo A, que, según Gasca, no es la que afecta a las aves. Este experto agregó que la intoxicación por organofósforados "es imposible detectarla con una simple necrosia de aves". Repetto admitió algunos de los errores comentados, pero se ratificó en su informe.