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LA BATALLA POR LA CASA BLANCA

George Bush confía en el voto del miedo

Antonio Caño

La campaña electoral estadounidense se concentra en los últimos días, como pretendía el bando republicano, en el asunto de la credibilidad y la confianza de los candidatos, aunque Bill Clinton se sigue mostrando seguro de su victoria y el promedio de las encuestas sigue prediciendo el triunfo demócrata. Los republicanos confían en que, al final, se imponga el voto del miedo. "Las cosas están cambiando drásticamente", dijo ayer el presidente George Bush a la cadena CBS después de conocerse que alguna encuesta, la de la cadena CNN del miércoles, le llega a dar a Clinton una ventaja de tan sólo dos puntos.

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Otros sondeos hechos públicos en las últimas horas, como los de The Wall Street Journal y The Washington Post, ambos publicados ayer, amplían la diferencia del candidato demócrata hasta los siete y los diez puntos. Bill Clinton sostiene que estos movimientos de las encuestas "son normales a esta altura de la campaña". "No me sorprenden, no me preocupan, voy a ganar", dijo el candidato demócrata, que asegura que si los votantes meditan seriamente sobre quién de los dos aspirantes a la presidencia dice la verdad, el respaldo a su favor será todavía mayor que hasta ahora.Los estrategas de la campaña de Clinton mantienen su fe en la victoria sobre la base de que la ventaja de su candidato no se ha acortado tanto como para hacerle perder en los Estados donde obtendría los 270 compromisarios necesarios para ser elegido presidente. En las elecciones norteamericanas no gana el candidato que más votos populares obtenga sino el que haya ganado un mayor número de los compromisarios que son elegidos en cada Estado.

Tejas y Florida

A cuatro días de las elecciones, Clinton mantiene todavía ventajas considerables en los Estados que más compromisarios aportan, con excepción de Tejas y Florida, donde la situación es muy incierta. De acuerdo a las encuestas actuales, Clinton podría ser presidente, aún perdiendo en esos dos últimos Estados, gracias a la diferencia a su favor que mantiene en el Medio Oeste y algunos Estados del Sur.

En esas dos regiones es donde parece que se van a decidir las elecciones en el último momento. Los responsables de la campaña de Bush creen que su candidato ha hecho avances muy significativos en ambas zonas. El campo de batalla en la actualidad está en los Estados de Michigan, Ohio, New Jersey, Georgia, Carolina del Norte y Nuevo México. Clinton estuvo ayer en Michigan y Ohio. Bush también hizo campaña en Michigan. Los republicanos han decidido, además, sacar a la palestra al ex presidente Ronald Reagan, que este fin de semana participará en diversos actos en Nuevo México y Carolina del Norte.

El gran problema para Bush es que está obligado a ganar en todos esos Estados en los que se presenta la batalla en estos momentos, además de asegurarse Tejas y Florida. Para Clinton la situación no es tan angustiosa porque parte en esta fase final de la carrera con, al, menos, 121 compromisarios asegurados (California, Nueva York, Massachusetts e Illinois) y altas posibilidades de conseguir otro centenar y medio más.

Los republicanos tienen previsto, en los días que restan de campaña, hacer un esfuerzo final en busca del voto del miedo, mientras los demócratas insistirán en su mensaje de cambio sin traumas y tratarán de potenciar el perfil presidencial de Clinton, quien, desde los debates, había estado demasiado relajado. La publicidad republicana en televisión repite continuamente la imagen del sillón vacío del Despacho Oval, mientras una voz recuerda los retos que hoy se le presentan a Estados Unidos y el mundo, y pregunta ¿en quién se puede confiar para ocupar esta silla?.

La clave de estas elecciones estará en saber en qué medida esa imagen se impone al mensaje demócrata de que el país no puede soportar cuatro años más de la misma política.

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