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El 'vampiro' Garretta, entre rejas

Se entrega a la justicia el responsable médico de contaminar con sida a los hemofílicos franceses

A las 10.20 de ayer, las puertas de la prisión de La Santé se cerraron detrás del hombre que el semanario Le Canard Enchainé llama "el vampiro " Michel Garretta, que fue uno de los médicos más ricos y prestigiosos de Francia, comenzó a purgar la condena de cuatro años que el pasado viernes le impuso un tribunal de París por su culpabilidad en el escándalo de las transfusiones con sangre contaminada con el virus del sida.Terminaba así un suspense que mantuvo en vilo a los franceses durante cinco días: ¿se entregará o no se entregará Garretta? El viernes, el ex director del Centro Nacional de Transfusiones Sanguíneas (CNTS) se encontraba en Boston. Y pese a que su abogado afirmaba que regresaría a París, la inmensa mayoría pensaba que no.

Pero un vuelo regular que transportaba a Garretta aterrizó en la mañana de ayer en el aeropuerto Charles de Gaulle. Nada más pisar el suelo de su patria, Garretta fue esposado y trasladado al tribunal para que escuchara la sentencia. Luego, un furgón celular rodeado de coches abarrotados de policías armados le llevó a la prisión. La hipótesis de que una de sus víctimas intentara abatir al vampiro no era desdeñable.

Garretta había hablado en Boston y en. el vuelo que le llevaba a París. Al borde de las lágrimas, el mostachudo ex doctor -acaba de ser expulsado de la Orden de Médicos- volvió a decir que no se considera responsable, o al menos único responsable, de la contaminación con el sida de millares de hemofílicos, de la muerte de 250 de ellos y de la guillotina que pende sobre los demás. Unos hemofílicos que entre 1984 y 1985 recibieron del CNTS sangre infectada, cuando los dirigentes de ese organismo, y quizá sus superiores políticos, sabían que lo estaba y que había métodos para evitarlo. Pero en aquellos tiempos -era la década del culto al dinero- las consideraciones económicas pesaron sobre las demás.

"Cometí errores, pero no los cometí solo", dijo Garretta. Y añadió: "Mi condena es una injusticia. Voy a pagar una culpabilidad y una cobardía colectivas". Por una vez, las víctimas de la contaminación estuvieron de acuerdo con el vampiro. "Los políticos que entonces dirigían la sartidad pública", declaró el presidente, de la Asociación Francesa de Hemofílicos, "deberían comparecer ante los tribunales. Es escandaloso que Garretta les haya servido de chivo expiatorio". Esos políticos son los socialistas Laurent Fábius, primer ministro entonces, y Georgina Dufoix, ministra de Sanidad. El senador centrista Claude Huriet anunció ayer que la oposición se dispone a pedir de nuevo que la Alta Corte de Justicia, único organismo habilitado para hacerlo, procese a Fabius y Dufoix.

Fabius y Dufoix declararon como testigos en el juicio de Garretta. "Me siento responsable, pero no culpable", dijo la ex ministra de Sanidad. La frase se ha convertido en el símbolo de la incapacidad de los socialistas para asumir los errores de sus 11 años en el poder.

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