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Buenos Aires convierte su viejo puerto en zona urbana

La ciudad de Buenos Aires está realizando su mayor transformación urbanística: convertir Puerto Madero, construido hace un siglo y cerrado desde los años cuarenta, en un nuevo espacio del centro con parques, paseos, centros culturales, viviendas, oficinas y zonas comerciales. El modelo es la reconversión de zonas portuarias sin uso industrial en nuevos escenarios urbanos, como ha ocurrido en Boston, Nueva York, Hamburgo, Liverpool o Barcelona.El proyecto ocupa cerca de dos millones de metros cuadrados y supone una inversión de 1.500 millones de dólares (más de 150.000 millones de pesetas). Los directivos de la Corporación Antiguo Puerto Madero, una sociedad anónima con acciones a partes iguales del Estado y el municipio de Buenos Aires, pero de gestión privada, se reunieron ayer en Madrid con representantes de 60 empresas españolas para exponer las líneas generales del plan, el marco legal y tributario y las condiciones de inversión. Según el presidente de la corporación, Eduardo Giana, "necesitamos inversores que traigan capital, con unos márgenes de rentabilidad atractivos".

El alcalde de Buenos Aires, Carlos Grosso, presentó el plan general de Puerto Madero como "la regeneración de la confianza en el país y de las empresas en la capacidad de invertir". Afirmó que la estabilidad institucional y económica hace posible que la gestión municipal recupere áreas sociales en la ciudad o núcleos como el viejo puerto, que era "asilo de barcos destruidos". Parte de esta zona se ha abierto a la ciudad con la actual feria América 92, y la nueva generación de porteños ha vuelto a pasear por los galpones de ladrillo rojo que construyeron los ingleses.

El arquitecto Alfredo Garay, uno de los directores de la corporación, comentó la aportación del Ayuntamiento de Barcelona, siendo alcalde Pasqual Maragall, en la primera etapa del proyecto, con el equipo de Joan Busquets, Joan Alemany y Jordi Borja, que después se decidió en un concurso nacional de ideas.

Las 170 hectáreas de Puerto Madero, en el centro político y económico de la ciudad, conservarán las 40 hectáreas de superficie de agua de los cuatro diques y se dedicarán 60 a las nuevas construcciones y 32 a parques y paseos públicos. Se mantendrán los 16 galpones o almacenes de principio de siglo, que han sido los primeros en rehabilitarse para zona recreativa y viviendas, y otros elementos de arqueología industrial. En las nuevas viviendas de ocho plantas se recomienda la tipología de ladrillo, y en las torres de 30 pisos, el único vestigio del plan de Le Corbusier de 1938, dejarán huella los arquitectos más famosos.

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