El Papa llama a una nueva evangelización de Latinoamérica basada en la ortodoxia
DomingoEl papa Juan Pablo II marcó ayer en Santo Domingo lo que serán las líneas generales de la IV Conferencia Episcopal Latinoamericana al anunciar un conjunto de "prioridades doctrinales y pastorales" sobre su proyecto de nueva evangelización del continente, y subrayó que "no consiste en un nuevo evangelio". Según el Papa, esta nueva evangelización no nace con el deseo de "agradar a los hombres o buscar su favor", sino que deberá inspirarse en la tradición de la Iglesia y ser transmitida "con plena fidelidad y pureza".
Las instrucciones del Papa, que es quien convoca la conferencia iniciada ayer, ponen de relieve el interés de Roma en que los debates no incurran en desviaciones de la línea que hasta ahora ha marcado la jerarquía de la Iglesia sobre el continente. De hecho, en su larga exhortación a los 360 cardenales y obispos que se reúnen en Santo Domingo hasta el 28 de este mes, advierte que "las cristologías reductivas", en alusión a la teología de la liberación, "no pueden aceptarse como instrumentos de la nueva evangelización".El Papa, en su explicación de este nueva evangelización, se detuvo más en los aspectos excluyentes que en la doctrina en sí. Dijo que un supuesto nuevo evangelio no sería tal porque procedería de la "invención humana", lo que, a su juicio, no contemplaría "la salvación". Y precisó que la nueva evangelización tiene como punto de partida, "la certeza de que en Cristo hay una inescrutable riqueza que no agota ninguna cultura ni ninguna época y a la cual podemos acudir siempre para enriquecemos".Relativismo
Juan Pablo II, -siguiendo esta línea de recriminación a la parte más combativa de la teología de la liberación, insistió en que "hay posiciones inaceptables sobre lo que es la verdad, la libertad y la conciencia. Les llamó "obstáculos para la evangelización", y advirtió que en ocasiones ponen en peligro, "por su relativismo", la propia integridad de la fe, ya, que se justifica "el disenso con el pluralismo teológico"."No faltan quienes piensan", aseveró el Papa, "que los documentos del magisterio no serían sino el reflejo de una teoría opinable, y surge así una especie de magisterio paralelo de los teólogos en oposición y rivalidad con el magisterio auténtico. Hay incluso actitudes de oposición sistemática a la Iglesia que llegan a constituirse en grupos organizados que, con la contestación y la discordia, acarrean graves inconvenientes a la comunión de la Iglesia y son también obstáculos para la evangelización".
Sin embargo, Juan Pablo II, cuando abordó ya más a fondo los postulados de la opción preferencial de los pobres, no dudó en afirmar que se mantenía su vigencia. Pero matizó que no era "una opción exclusiva ni excluyente", porque el mensaje de salvación está destinado a todos los creyentes.
El Papa explicó que "la genuina praxis de la liberación" ha de estar inspirada en la doctrina de la Iglesia, y puso como referencia los documentos Libertatis nuntius (1984) y Libertatis conscientia (1986), que fijan cuál es la posición de la Iglesia frente a este fenómeno.
Nueve instrucciones
Principales conceptos que definen las instrucciones del Papa para la nueva evangelización de América Latina:- V Centenario. Marca una fecha clave en la que se inicia "el don. precioso de la fe en el continente". Hay que dar gracias a Dios por ello.
- Verdad histórica. La Iglesia fue una defensora infatigable de los indios, protectora de sus culturas y promotora de humanidad frente a los abusos de los colonizadores. Hubo una válida, fecunda y admirable obra evangelizadora.
- Marxismo. Con la caída del comunismo cabe esperar que también en este continente se saquen las deducciones pertinentes en relación con el valor efímero de tales ideologías.
- Sectas. Su avance pone de relieve un vacío pastoral. Las campañas de proselitismo sectario son muy activas y están acompañadas de importantes recursos económicos que tienen como objetivo resquebrajar la unidad católica.- Pobreza. Los problemas se agravan con la inflación y el deterioro de los términos de intercambio, con la consiguiente disminución de los precios de materias primas y con el peso insoportable de la deuda internacional. Hay que instaurar una verdadera economía de comunión.
- Corrupción. Hay un desorden real y una injusticia institucionalizada. Es necesario un cambio de comportamiento y de estructuras.
- Familia. Ante la proliferación de las uniones consensuales libres y las crecientes presiones divorcistas, urge promover medidas adecuadas en favor del núcleo familiar.
- Defensa de la Vida. Hay, que crear en América una cultura de la vida que contrarreste la anticultura de la muerte que prevalece, a través del aborto, la eutanasia, la guerrilla y el terrorismo.
- Comunicación. Se ha de vigilar sobre el uso de los medios de comunicación social en la educación de la fe. Hay que intensificar la presencia de la Iglesia en el mundo de la comunicación.
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