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Temor ciudadano ante las batallas de punkis y 'cabezas rapadas'

Leganés se enfrenta estos días a un fenómeno desconocido hasta ahora en la ciudad. Se ha desatado una guerra sorda entre grupos de skin heads o cabezas rapadas y punkies. Unos y otros recorren los territorios de sus enemigos los fines de semana buscando pelea. Todo empezó a primeros de septiembre, cuando los skin heads rompieron las gafas a un punki. El domingo día 20 se cobró la factura y los heridos fueron un par de cabezas rapadas. El pasado fin de semana la policía tuvo que vigilar los cuarteles generales de ambos bandos para que no se desencadenara una batalla campal. Son bandas de jóvenes de entre 17 y 22 años. Casi todos viven en Leganés: en el barrio de Zarzaquemada, los punkis, y en la zona centro -más rica-, los skin. Ambos grupos se habían retado y la batalla se fijó en principio para el viernes por la noche. La presencia de la policía les ahuyentó, y quedaron, pues, para el sábado. A las cinco de la tarde se montó de nuevo el operativo policial en las inmediaciones de la calle de Palomares, en cuyos bares suelen reunirse los skin. Las bandas brillaron por su ausencia. Una hora después, las fuerzas de seguridad se trasladaron a la zona de copas de la calle de San Andrés, punto de encuentro de los punkies. Allí, según fuentes de la comisaría, encontraron concentrados entre 100 y 150 miembros de esta tribu.

Tras identificarles, la policía se incautó de tres puñales, cuatro navajas, cinco cadenas con candados, un cinturón de balas inutilizadas del calibre 762, otro de clavos, un aerosol inmovilizador, una llave de pugilato (armazón metálico para los nudillos), un bate de béisbol, una barra de hierro y un número indeterminado de tuercas.

El único incidente registrado el sábado se produjo sobre las nueve de la noche. Una docena de punkies irrumpió corriendo en la calle de Palomares y rompió, dos cristales de un bar y un comercio.

Pánico vecinal

Los vecinos y comerciantes de las zonas afectadas por esta guerra manifiestan estar aterrorizados. "Yo los vi", dice Jaime López, "y lo único que hice fue darme la vuelta y largarme porque ésos venían a partirse la cabeza entre ellos o la del que se pusiera delante". Tras el incidente, algunos bares cerraron sus puertas temerosos de verse implicados.

Según la policía, no pudieron detener a los alborotadores porque los punkies pasaron corriendo y huyeron rápidamente. Las unidades policiales se habían retirado ya tras haber acordado una tregua de cese de hostilidades con responsables de las dos bandas rivales.

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El comisario en funciones de Leganés, José Luis Vobes, ha manifestado que esta misma semana mantendrán una reunión con miembros de las dos bandas en guerra.

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