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Pavarotti canta 'La donna é mobile' con Sting

El tenor italiano organizó un recital en Módena con figuras del pop

La donna é mobile, la célebre aria de Rigoletto, fue el tema elegido por Luciano Pavarotti para cerrar, a coro con estrellas del pop como Sting y Brian May, el ex guitarrista de Queen; los italianos Lucio Dalla y Zucchero o el irlandés Bob Geldof, un recital sin precedentes celebrado el pasado domingo en Módena, la patria chica del gran tenor italiano. Ni Suzanne Vega ni Mike Oldfield, que también intervinieron en el recital, se incorporaron a ese número final del concierto. Pero no puede decirse que se les echara de menos, ya que la única voz que se oía fue la de Pavarotti.

El tenor de Módena abrió la noche con un Panis Angelicus que entonó a dúo con Sting. Siguió un Miserere que da título al último álbum de Zucchero Fornaciari, un cantante italiano de blues, en el que, junto a éste, nuevamente se dejó oír Pavarotti y vino luego la ya célebre Caruso, que el tenor cantó con Lucio Dalla, autor del tema.A partir de ahí, el programa prosiguió con las actuaciones individuales o en dúo de los artistas ya mencionados, que coincidieron en Módena para completar uno de los carteles más espectaculares de la historia del pop reciente.

Sin embargo, el concierto, transmitido en directo por la RAI italiana y algunas cadenas de televisión extranjeras, sólo logró atraer a aproximadamente la mitad de los 10.000 espectadores que tenían previstos. Los precios -en torno a las 150.000 liras (unas 12.000 pesetas)- eran ya en sí un factor disuasorio.

Lluvia torrencial

También hubo de jugar en contra del megaconcierto de Luciano Pavarotti la frialdad de una noche húmeda que terminó por aguar en lluvia torrencial el espectáculo, celebrado al aire libre. Aunque el entusiasmo de los espectadores nunca fue excesivo. Muchas de las interpretaciones se oyeron en play back, lo que provocó algunas protestas airadas por parte del público.El concierto se hizo con fines benéficos, pero el objetivo primordial de Luciano Pavarotti al organizar este espectáculo en su propio feudo era, ante todo, promocionar un concurso hípico que el tenor, apasionado de los caballos, patrocinó ya el año pasado con escaso éxito.

La princesa Ana de Inglaterra fue la única personalidad de relieve que asistió en 1991 a la presentación de la primera edición del premio, anunciada como el acontecimiento social y cultural del año. Para intentar mejorar las cosas, Pavarotti decidió este año dar al festival equino un toque de música, que, a fin de cuentas, se supone que es lo suyo.

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