Heridas de hace medio siglo

Las relaciones germano-británicas empeoran por momentos. Por si el rifirrafe comunitario no fuera bastante grave, ambos países están reabriendo las heridas de hace medio siglo. Empezó el Reino Unido en mayo pasado, erigiendo un monumento en el centro de Londres al general Arthur Bombardero Harris, el hombre que ordenó arrasar Dresde y otras ciudades alemanas hacia el final de la II Guerra Mundial. Los alemanes se quejaron amargamente de la "insensibilidad" británica. Pero ahora han demostrado que ellos tampoco lamentan ciertas rudezas que cometieron en el pasado: el 3 de octubre celebrarán un homenaje a Werner von Braun y a uno de sus inventos, las bombas volantes V-2 que mataron a miles de británicos y martirizaron a la población civil del Reino Unido. Los organizadores del evento afirman que la fiesta no guarda relación con la guerra, sino con la conquista del espacio. Von Braun se trasladó a Estados Unidos tras la derrota alemana y dirigió el programa espacial norteamericano. "El trabajo de Von Braun fue fantástico, pero está demasiado vinculado a los crímenes nazis", reconoció Günther Gottmann, director del Museo de la Tecnología de Berlín. "Esto es un escándalo. Recuerdo los ataques de las V-2 y aún me horrorizan", afirmó el diputado conservador británico Harry Greenway. La Campañia por el Desarme Nuclear emitió un comunicado calificando de "estúpido" e "inapropiado" el homenaje a las bombas volantes.

La reacción de la prensa sensacionalista británica, la más belicosa del mundo, ha sido furibunda. Diarios como The Sun se quedaban ayer a un paso de pedir un inmediato ataque aéreo contra Berlín. En Alemania, el primer ministro del Estado de Sajonia guardaba silencio: en mayo, cuando el homenaje a Bombardero Harris, dijo que se trataba de algo "inimaginable, casi tan inimaginable como si aquí, en Alemania, a alguien se le ocurriera hacer un monumento a las V-2".