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CRISIS EN LOS MERCADOS DE CAMBIO

El ministro de Finanzas británico, a favor de romper del todo con el SME

Enric González

El ajustado sí francés a Maastricht ha dado un respiro a la crisis del Sistema Monetario Europeo (SME) y ha puesto de relieve el aislamiento de la libra esterlina. La divisa británica mareó ayer el peor cambio de su historia frente al marco, y los analistas esperan que siga deslizándose en los próximos días. La libra llegó a cambiarse a 2,54 marcos, y sólo repuntó hasta los 2,55, ya por la tarde, cuando los mercados se convencieron de que la bajada de los tipos de interés británicos no era inminente. El ministro de Finanzas, Norman Lamont, se mostró partidario de romper con el SME.

La bolsa, que había subido casi 50 puntos, plegó velas también y cerró con pérdidas modestas, de unos cuatro puntos, a la espera de que se produzca el previsto abaratamiento del dinero.La City sigue contando con que los tipos británicos se reducirán significativamente esta misma semana. Perdida ya la batalla por la paridad de la libra, el gobierno de Major quiere aprovechar la situación para relajar su política monetaria y estimular la economía, en recesión desde hace más de dos años. La prevista bajada de tipos y la impresión de que el Reino Unido quedará en la segunda división a la hora de la unión monetaria en la CE, son dos poderosos argumentos en favor de la depreciación. Analistas de la City estiman que la libra podría acabar el año en torno a los 2,30 marcos.

La bolsa londinense y la libra podrían sufrir nuevas turbulencias en los próximos días, si se agravan las divergencias surgidas en el Partido Conservador y en el propio gobierno. El canciller del Exchequer, Norman Lamont, tiene los días contados desde que la libra cayó del SME, y esa situación le permite expresar con libertad sus dudas respecto a Europa. Lamont es partidario de una ruptura completa con el SME y de aplicar una política monetaria "estrictamente británica". Esa es una posición muy bien recibida por las bases conservadoras y por una elevado número de parlamentarios. John Major, en cambio, no parece dispuesto a permitir que la economía del Reino Unido se divorcie de la comunitaria.

La presión en favor de una política monetaria británica fue incrementada ayer por el Institute of Directors, una asociación de directivos conservadores, cuyo secretario pidió a John Major que los tipos de interés fueran reducidos inmediatamente hasta el 8%.

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