La venta por EE UU de aviones a Riad aleja el fin de la carrera de armamentos en la zona
El plan estadounidense de vender 72 aviones de combate F-15 a Arabia Saudí, y su supuesta intención de aplacar la ira israelí ofreciendo mantener un importante arsenal en el Estado judío, están enviando señales totalmente contradictorias a los aliados de Washington en Oriente Próximo. Pero, sobre todo, han sepultado las esperanzas de frenar la carrera armamentista en la región, un objetivo declarado -pero evidentemente revisado- del presidente George Bush. Analistas militares prevén una nueva era de rearme y dicen que Washington, empeñado en salvar su industria bélica, ha dado definitivamente la luz verde.Los anuncios a todo color salen en casi todas las revistas de información general que se publican en el mundo árabe. Son mensajes atractivos, capciosos. El que anuncia, por ejemplo, la inmediata disponibilidad de un supermoderno sistema de misiles fabricado en el Reino Unido resume la temible cualidad del pro ducto con una palabra: "Letal". Otro, también a toda página, describe la versatilidad de la nueva generación de carros blindados. Los misiles tierra-aire para los vehículos anfibios del tipo Piraña son, por supuesto, opcionales.
Un año después de que George Bush se proclamara campeón del desarme en Oriente Próximo, los vendedores de armamento occidental están más ocupados que nunca. Según la Safeworld Foundation de Londres, desde la liberación de Kuwait los pedidos de países de Oriente Próximo a las fábricas de material bélico ascienden a 35.000 millones de dólares.
En un informe publicado antes de que Bush anunciara su intención deapoyar la venta de los F-15 a Arabia Saudí la semana pasada, la Safeworld Foundation, anunciaba que Estados Unidos podría hacerse con contratos por un valor de 28.500 millones de dólares. Kuwait anunció hace poco la ampliación de su presupuesto de defensa para los próximos 12 años con una inyección adicional de 12.000 millones de dólares.
La venta de los F-15 a Arabia Saudí debe ser todavía aprobada por el Congreso norteamericano, pero Bush ansioso por ganarse los votos de millares. de empleados de la industria aeronáutica ha jurado luchar hasta lograr su materalización.
Diplomáticos occidentales, y sobre todo los Gobiernos de la región, sostienen que la cuestión de los F-15 -que Israel está tratando de impedir- abre oportunidades para que Rusia, China, Francia, el Reino Unido y otros países, como Corea del Norte, que ha comenzado a abastecer a los ejércitos de la región, se lancen a una competencia más tenaz por el mercado de Oriente Próximo. La agresiva política comercial estadounidense, afirman, busca sobre todo capitalizar la demanda.
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