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La salud de Mitterrand reaviva las especulaciones sobre su futuro en plena campaña del referéndum

El futuro político del presidente François Mitterrand -si acortará o no su mandato presidencial, que culmina en 1995- ya era uno de los ejes principales de la campaña del referéndum francés sobre Maastricht, que se celebra el próximo día 20. El jefe del Estado francés había dejado la puerta abierta a un retiro anticipado tanto en caso de victoria del no como de triunfo del sí. La operación de próstata sufrida ayer por el presidente de la República, que cumplirá 76 años el próximo 26 de octubre, multiplicó ese tipo de especulaciones. El secreto había sido guardado escrupulosamente.

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Nada, ni mucho menos su larga y aplaudida intervención televisiva del pasado día 3, daba a entender que Mitterrand, en este momento crucial de su carrera política, podía tener problemas de salud.El palacio del Elíseo anunció ayer al mediodía que el presidente acababa de sufrir su primera invervención quirúrgica en los 11 años que ya dura su mandato. La próstata presidencial se convirtió en un nuevo elemento de la campaña del referéndum, que entra en su recta Final con el sí situado en el 50% de las intenciones de voto según un sondeo que ha sido encargado a la BVA por las cadenas de televisión France 2 y France 3, y el diario Libération. Éste es el último sondeo que se hará público; ya que a partir de hoy a medianoche no se podrán difundir nuevas encuestas.

A primeras horas de la mañana, el senador Charles Pasqua, uno de los campeones gaullistas del no, se había entrevistado en París con un grupo de periodistas extranjeros. Preguntado por el corresponsal de EL PAÍS, Pasqua se lanzó a un encendido alegato en contra del voto en las elecciones municipales de los ciudadanos de la Comunidad Europea (CE) residentes en Francia. Ese es uno de los temas que este hombre está usando con más insistencia en sus alegatos contra Maastricht.

"Ustedes", dijo Pasqua, "harán lo que quieran en España, y si quieren conceder el voto a los franceses que viven en su país, háganlo. Pero aquí estamos en Francia, y en nuestra tradición republicana el derecho de voto es inseperable de la ciudadanía, y ésta de la nacionalidad. De los 5 millones de extranjeros que viven en Francia, 1,5 millones proceden de la CE. Son bienvenidos. Pero no podemos concederles un derecho reservado a los franceses. No podemos permitir que se inmiscuyan en asuntos relativos a nuestra soberanía nacional".

Pasqua, su correligionario Philippe Séguin y el populista Philippe de Villiers celebran en la tarde de hoy en una gran sala de París el que va a ser el gran mitin de la derecha a favor del no a Maastricht. Los organizadores prevén una asistencia de unas 8.000 personas. Los tres mosqueteros quemarán los penúltimos cartuchos de la campaña del no.

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Apenas había terminado el encuentro entre Pasqua y los periodistas extranjeros cuando el Elíseo anunciaba la operación de próstata de Mitterrand. Desde el servicio de urología del hospital Cochin, donde estaba hospitalizado el presidente, un primer comunicado médico aseguraba que la intervención se había desarrollado "normalmente" y que el estado del paciente era "satisfactorio".' Ese centro añadía que la operación de próstata es "muy corriente" y que 80.000 franceses la sufren cada año. Por su parte, el Elíseo informaba que la operación no impide al presidente ejercer sus funciones constitucionales y que se ha instalado un centro de trabajo en las proximidades de su habitación.

El antecedente de De Gaulle

Mitterrand deberá pasar "algo menos de una semana" en el hospital y, con mucha probabilidad, podrá votar el día 20. En cambio, no presidirá el Consejo de Ministros del próximo miércoles, el último antes del referéndum. Los historiadores recordaron ayer que lo mismo ocurrió en abril de 1964 cuando Charles De Gaulle, que entonces tenía 74 años, fue operado de próstata en el mismo centro hospitalario que Mitterrand. Superó muy bien aquella intervención y falleció, por otras causas, seis años más tarde, en 1970.

Hasta el pasado jueves, Mitterrand no había alterado lo más mínimo su agenda de trabajo. Ese día almorzó en el Elíseo con su amigo y ministro israelí de Exteriores, Simon Peres. También contestó a las preguntas formuladas por EL PAÍS para una entrevista que será publicada mañana. Por la noche fue hospitalizado en el mayor secreto.

En 1981, tras su elección como presidente, Mitterrand se comprometió a informar a los franceses de su estado de salud. Desde entonces un equipo médico emite un comunicado dos veces al año. Esos comunicados insisten regularmente en el perfecto estado de salud del jefe del Estado. A Mitterrand de hecho sólo se le conocen tres pequeños problemas físicos en sus 11 años de mandato: unos dolores en México y dos marcos en Níger y Venezuela, debidos al calor.

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