Sorprendente decisión del PSOE

Los representantes socialistas en la Mesa del Congreso decidieron ayer, junto con el resto de los miembros de la oposición, aplazar para el próximo martes si acepta o no una petición hecha ayer por el Gobierno para que el proyecto de ley de ratificación del Tratado de Maastricht se tramite por el procedimiento de urgencia.La Mesa del Congreso está integrada por cinco socialistas, encabezados por el presidente de la institución, Félix Pons, dos del PP, uno de CiU y otro de IU. El PSOE cuenta, por tanto, con mayoría absoluta en este órgano de dirección del Congreso y, aunque rara vez la Mesa ha adoptado decisiones impuestas por la mayoría absoluta socialista, resulta sorprendente que se acordase aplazar el debate en contra de la petición formal del Gobierno, gracias a la abstención de los socialistas y a los votos contrarios del resto.

La demora significa de hecho que, aunque el martes se decida finalmente aceptar la urgencia, ya no será posible que el debate de ratificación en el Congreso se realice antes del referéndum que los franceses celebrarán el día 20 sobre el Tratado europeo.

En una conferencia de prensa del CDS, su portavoz parlamentario, José Ramón Caso, argumentó que el debate parlamentario no debe producirse, en ninguna circunstancia, antes de conocer el resultado de la consulta en Francia. "Una vez más", dijo Caso, "Francia se convierte en la pieza clave de la construcción europea, de manera que, si saliese el no a Maastricht, algo que el CDS desea fervientemente que no se produzca, el Tratado de Maastricht estaría muerto y el Parlamento español quedará en ridículo".

Por su parte, IU y el PP consideran que la pretensión inicial del Gobierno podría explicarse como un intento de apoyar, desde el Parlamento español el sí en el referéndum francés, algo que juzgan improcedente. José María Aznar, presidente del PP, dijo que no es el momento de ratificar Maastricht con prisas, sino de que haya explicaciones y debates sosegados, "asumiendo cada cual sus responsabilidades".

Finalmente, el representante de CiU se mostró favorable en un principio a la petición del Gobierno, pero se sumaron después sin reservas a la decisión de los demás.