Bagdad afirma que la 'ocupación aérea' del sur del país no logrará derribar el régimen de Sadam

La aviación de Estados Unidos dio ayer una formidable muestra de determinación en su nueva . campaña contra Sadam Husein con ininterrumpidas misiones de reconocimiento sobre los 123.000 kilómetros cuadrados de territorio iraquí al sur del paralelo 32. Bagdad, que ha denunciado la imposición de la zona de exclusión aérea como una agresión, mantuvo su fuerza aérea en tierra y advirtió que Estados Unidos y lus aliados se equivocan si creen que la operación culminará con el derrocamiento del régimen. A pesar de la tensa situación, un grupo de expertos nucleares de la ONU tiene previsto llegar a Bagdad el próximo lunes para reanudar su misión de control sobre la capacidad nuclear de Irak.

Mientras los pilotos. norteamericanos del portaaviones Independence -que se apoderaron del cielo sureño de Irak a partir del jueves por la tarde- se felicitaban por la precisión, velocidad e intensidad de sus misiones, en Bagdad y Teherán el ejercicio fue descrito simultáneamente como un burdo recurso proselitista de George Bush. "Es uno de los trucos electorales más sucios de Estados Unidos, dijo el diario Al-Zawra, órgano del partido gobenante Baaz, reiterando el argumento de que Bush, con el pretexto de proteger a los rebeldes shiíes asediados en los pantanos del sur, busca su reelección en noviembre.

La radio iraní adoptó la misma línea aunque desde otro ángulo: si los shiíes que Occidente ha decidido proteger siempre han sido víctimas del "genocidio y opresión del régimen iraquí, ¿dónde estaba entonces esta alianza occidental y por qué su conciencia estuvo dormida tanto tiempo?".

Pocas cosás podían haber ilustrado mejor la tenacidad de la campaña como el frenético programa de vuelos a bordo del Independence. Desde el jueves, cada 45 minutos parte un escuadrón de cazabombarderos y aviones de reconocimiento que a menudo se abastecen en vuelo. Pero el verdadero impacto de la nueva estrategia está todavía por verse.

Las patrullas se encargarán de mantener la aviación de Irak en los hangares, algo que indudablemente aliviará a los aproximadamente 20.000 rebeldes atrincherados entre los dominios de los árabes de los pantanos. Sin embargo, los rebeldes permanecen al alcance de la artillería iraquí y de las fuerzas terrestres empeñadas en aplastar el más serio desafío al régimen de Bagdad. En los últimos días se han conocido informes de que brigadas de ingenieros militares iraquíes están trabajando contrarreloj para drenar los pantanos en un intento por neutralizar la movilidad de una fuerza combatiente que sólo puede eludir el hostigamiento desplazándose velozmente por el laberinto de canales.

En medios opositores al régimen iraquí no se descarta que, dado el énfasis que la Casa Blanca está poniendo a su campaña contra Bagdad, en los próximos dos meses la súbita solidaridad estadounidense con los shiíes de Irak se traduzca en operaciones en tierra.

A pesar de la tensa situación reinante, un grupo de expertos del Organismo Internacional para la Energía Atómica, dependiente de la ONU, tiene previsto llegar a Bagdad el próximo lunes para reanudar las inspecciones sobre la capacidad nuclear de Irak. Los expertos permanecerán en el país al menos una semana, segun informó anoche en Nueva York un portavoz de Naciones Unidas.