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GUERRA EN LOS BALCANES

La Conferencia de Londres condena a los serbios, pero se resigna a la partición de Bosnia en cantones

La Conferencia de Londres, tras dos días de advertencias a Serbia y Montenegro acusadas de agresión en Bosnia-Herzegovina y de proclamas a favor de la integridad territorial de esta república, concluyó ayer sin medidas que disuadan a los partidarios de la división de este Estado, consumada hoy de hecho por las armas. La reunión a puerta cerrada concluyó con una conferencia de prensa en la que el primer ministro británico, John Major, y el secretario general de la ONU, Butros Gali, explicaron los "considerables avances" logrados, que se limitan a nuevas medidas de embargo a Serbia y Montenegro, el compromiso de vigilar zonas potencialmente conflictivas en la región y algunas promesas de los serbios de Bosnia de enmendar su conducta.

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Si esto último no ocurriera, dijeron, la Jonferencia que estará en sesión permanente en Ginebra a partir de la próxima semana, decidirá nuevas medidas. Eventuales acciones militares para cambiar la correlación de fuerzas entre el Gobierno de Sarajevo y las fuerzas ocupantes serbias y, en menor medida, croatas -como hubiera sido el levantamiento del embargo de armas- ni siquiera fueron tratadas. El secretario de Estado norteamericano, Lawrence Eagleburger, advirtió que nadie debía tomar esta conferencia como una aprobación para la división del Estado soberano de Bosnia-Herzegovina. Eagleburger manifestó que Washington no considera suficiente la retirada de las fuerzas serbias de "considerables partes del territorio conquistado", prometida por el líder Radovan Karadzic y celebrada por Major como un éxito.Pese a la nueva posición norteamericana -nunca respaldada por una amenaza militar-, la Conferencia de Londres dejó claro que no tolerará que Serbia una política sangrienta y que está dispuesta a estrechar el bloqueo a este país con monitores internacioñales en todas sus fronteras. El ex ministro de Exteriores británicó David Oweri fue nombrado copresidente de la nueva conferencia, en sustitución de lord Carrington. Lord Owen compartirá la presidencia con el norteamericano Cyrus Vance, representante de la ONU. El nombramiento de Owen fue aceptado, pese a las reticencias iniciales de las fuerzas serbias por su apoyo a acciones militares contra Serbia.

No obstante, parece claro que, decidida esta política como única opción para descartar la intervención militar, el Gobierno de Bosnia-Herzegovina se verá obligado a negociar con las fuerzas ocupantes la división del Estado en cantones étnicos. Se advierte sobre la necesidad del carácter inmodificable de las fronteras, salvo acuerdo pactado, según se señala en el documento.

Tras conseguir algunas concesiones de las fuerzas serbias, como la promesa de cerrar los campos de prisioneros, concentrar su armamento pesado bajo control internacional en el plazo de nueve días y cesar el fuego en 96 horas, las ya débiles amenazas de intervenir militarmente contra Serbia y sus fuerzas en Bosma se desvanecían y resurgían las presiones sobre el Gobierno bosnio para que negocie directamente con las fuerzas serbias la solución política a la situación.

Así las cosas, el líder serbio, Radovan Karadzic, fue ayer más allá de su habitual exigencia a la comunidad internacional de que reconozca la división y desaparición de Bosnia como Estado. "Nosotros proponemos que se reconsideren todas las fronteras de la antigua Yugoslavia y todas las de los Balcanes. Esta región es un foco de crisis, y seguirá siéndolo mientras la cuestión de las fronteras no haya quedado resuelta". Esta afirmación equivale a una declaración de guerra a todo el sistema de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa, basado en el respeto de fronteras y minorías.

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"Lo difícil no es firmar`

Las fuerzas serbias habían acordado asimismo el despliegue de monitores en la frontera entre Bosnia y Serbia para controlar los contactos entre las fuerzas serbias en un lado y en otro. "Quizá la reunión no sea un fracaso. Aquí ya se sabe que lo difícil no es firmar; eso lo hicimos decenas de veces. Lo difícil es que se cumpla lo firmado", manifestó a EL PAÍS el comisario de la CE Abel Matutes, miembro de la delegación comunitaria.

El ministro español de Asuntos Exteriores, Javier Solana, señaló que en la Conferencia de Londres "se ha conseguido todo lo que razonablemente cabía esperar". "Las partes en conflicto", dijo, "saben ahora que si incumplen lo firmado en Londres serán completamente rechazadas por la comunidad internacional. Esa presión se hará notar", informa Enrie González.

El ministro griego de Asuntos Exteriores, Milhailis Papaconstantinu, se mostraba pletórico ante "el hecho claro de que todas las sugerencias de una intervención militar [contra las fuerzas serbias] han quedado atrás y nadie habla ya de ella". Grecia, contraria en su día a las sanciones contra Serbia, es hoy el principal aliado de Belgrado, tras el desmarque de Rusia y Rumania.

La delegación del Gobierno legítimo y multiétnico de Bosnia presionada para negociar con los dirigentes de las otras dos partes -la serbia, dirigida por Radosían Karadzic, y la croata-herzegovina, de Mate Boban- a partir de los criterios de éstos, favorables a la cantonalización.

Los cuatro documentos aprobados lo fueron sin ser sometidos a voto, por lo que muchos observadores vaticinaban que algunas delegaciones pronto se desdirían de su aprobación. En dos se habla del "no reconocimiento de las ventajas adquiridas por la fuerza". Se recuerda la obligación de respetar la independencia, soberanía e integridad territorial de todos los Estados de la región. En el de principios, que consta de 13 puntos, se condenan con energía Ias expulsiones forzosas, las detenciones ilegales y los intentos de cambiar la composición étnica de la población". El de medidas concretas establece los nuevos mecanismos de control del embargo a Serbia y Montenegro y ordena la prohibición de vuelos militares.

El documento sobre Bosnia anuncia el despliegue de una fuerza internacional de paz en la república para controlar el alto el fuego, los movimientos militares y otras medidas de confianza. También se acordaba, la liberación incondicional de todos los detenidos en todas las partes implicadas, y se anuncia el estudio de la creación de un tribunal internacional para juzgar los crímenes de guerra y las violaciones de los derechos humanos.

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